Ahora los barcos tendrán su propio airbag

Ahora los barcos tendrán su propio airbag

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La empresa gallega Kafloat ha desarrollado una tecnología que evita el hundimiento de un barco en caso de accidente.

Un oficial de la Armada especializado en submarinos es, paradójicamente, el padre de una tecnología que evita que los barcos se hundan.

Vicente López-Perea imaginó, junto a su socio César Gómez, un sistema de balones hinchables capaces de mantener una embarcación a flote cuando esta no puede hacerlo por sí misma.

«Surge como una idea sencilla para aumentar la flotabilidad de los barcos en apuros, ya sea por una vía de agua o una escora excesiva», explica Vicente López-Perea, hijo del creador de Kafloat y portavoz de la compañía.

«Si les aportamos flotabilidad adicional con unos hinchables conseguiremos estabilizarlos, neutralizar la inundación, rescatar a las personas y puede que también la embarcación».

Kafloat es casi un airbag para barcos.

Cuando su Módulo de Detección identifica una situación de peligro, lanza una señal que pone al patrón de la embarcación sobre aviso y al resto de sistemas listos para entrar en acción.

Tras una orden desde la cabina se dispara el mecanismo de extracción e hinchado de los flotadores –«o, si el capitán es tozudo, se activan de forma automática», recalca Carlos Alberto Sánchez, responsable de la comunicación de la empresa–.

Unas bombonas de dióxido de carbono y nitrógeno comprimidos abren sus válvulas y llenan los balones alrededor de la nave. Todo el proceso se lleva a cabo en 90 segundos.

El mar es un medio hostil, y los flotadores se han diseñado para soportar las peores condiciones.

«Llevaron un desarrollo bastante complejo», señala López-Perea. «Tenían que soportar rozamientos importantes y que tener resistencia a los hidrocarburos por si hay una fuga de combustible».

Durante la primera prueba real soportó olas de hasta seis metros durante 24 horas. «Fueron muy exigentes», dice el portavoz. «Incluso cerraron el puerto de Las Palmas».
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En la actualidad el sistema de Kafloat está instalado en dos barcos en activo. Uno del Instituto Oceanográfico de Canarias y otro de la Xunta de Galicia.

En los próximos meses formará parte de las medidas de seguridad de otro par, en construcción, de la Guardia Civil. «Se puede instalar en barcos en servicio y en barcos nuevos», explica Sánchez.

Cada embarcación tiene unos requerimientos y necesita un plan específico. «En función del tamaño y su estructura constructiva determinamos cuantos flotadores hacen falta, y dónde debemos colocarlos».

De momento, esta tecnología está homologada para embarcaciones de hasta 30 metros de eslora.

«Esto es así porque las primeras pruebas reales fueron con barcos de estas características», apunta López-Perea. «Además, la mayoría de barcos son de ese tamaño, o menores.

En pesca, por ejemplo, el 98% de los barcos que existen en el mundo son de menos de 24 metros». Aun así, aclara, no les resultaría difícil ampliar el margen hasta los 45 metros.

Kafloat está patentado en 18 países. La idea, explica el hijo del inventor, se les ocurrió durante una época «de muchos hundimientos y víctimas en el mar».

Decidieron buscar soluciones. «Nos sorprendió que no hubiese nada así desarrollado», señala López-Perea.

Tras más de una década de desarrollo, en 2013 concluyeron los procesos de certificación de su tecnología.

«Aunque todavía queda mucha labor por hacer», indica el portavoz. Llegaron a un acuerdo con dos aseguradoras para reducir la prima de los seguros de las embarcaciones que instalen Kafloat.

«Cuesta entre 30 y 50.000 euros, para un barco de entre 1 y 2 millones de euros, y puede poner a salvo primero la vida de mucha gente, pero también el propio barco y su carga. Creemos que es barato», concluyen.

Fuente: ABC

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