Reconstruyen el aspecto que tenía en vida una joven egipcia momificada hace dos mil años

Reconstruyen el aspecto que tenía en vida una joven egipcia momificada hace dos mil años

Comparta este Artículo en:

Investigadores han llevado a cabo una reconstrucción del aspecto que debía tener en vida la cabeza momificada de una mujer de 18 a 25 años que vivió al menos 2.000 años atrás.

El Antiguo Egipto ha fascinado a infinidad de personas, desde conquistadores como Alejandro Magno y Napoleón, hasta directores de cine rodando películas sobre momias malditas y tesoros perdidos.

Esa misma fascinación está ahora impulsando una investigación y una colaboración educativa únicas para probar los límites de la tecnología y aprender tanto como sea posible sobre una egipcia antigua cuya cabeza momificada se ha conservado, sin que casi nadie lo supiera, durante casi 100 años en la Universidad de Melbourne en Australia, lo cual encierra también un pequeño misterio.

La iniciativa es un proyecto multidisciplinar en el cual, además de trabajar en arqueología, se cuenta con la labor de especialistas de la Facultad de Medicina, Odontología y Ciencias de la Salud.

La investigación combina medicina, ciencia forense, escaneo por tomografía computerizada (CT), impresión 3D, egiptología y arte.

El equipo ha llevado a cabo una reconstrucción del aspecto que debía tener en vida la cabeza momificada de una mujer de 18 a 25 años que vivió al menos 2.000 años atrás.

Pero su rostro es solo el comienzo de un camino de exploración en el cual se intentará responder a preguntas sobre cómo pudo fallecer, qué enfermedades pudo sufrir, en qué época exacta vivió, de qué lugar procedía, e incluso qué tipo de alimentos acostumbraba a comer.

La idea del proyecto es tomar esa reliquia del pasado y, en cierto modo, devolverla a la vida usando toda la nueva tecnología, tal como explica Varsha Pilbrow, una antropóloga bióloga que enseña anatomía en el Departamento de Anatomía y Neurociencias de la Universidad.
Hypogonadism is a kind of disease that reduces the level of testosterone that ultimately affects the pituitary gland produces excess of prolactin hormone. sales viagra It is widely available online around the world. it is a generic type of levitra without rx , the effects usually last for around 4 hours. Overdose of this tablet must be avoided which means that with the help of one respective tablet a man can make use of these blue pills in limitation to deal with order cialis sexual mayhem. Do you feel unenergetic and weary after getting from the bed even after a full night’s sleep? Do you feel troubled to sleep even after and exhausting and tiring day? If yes, then these are some of the important steps, needed to implement to help keep your WordPress blog `safe’. sildenafil india wholesale
Cómo y por qué la Universidad de Melbourne tiene la cabeza momificada de una mujer del Antiguo Egipto en el sótano de su edificio médico es un misterio.

Podría muy bien haber formado parte de la colección del profesor Frederic Wood Jones (1879-1954) quien antes de convertirse en el jefe de anatomía de la universidad en 1930 había realizado trabajos de investigación arqueológica en Egipto.

Se necesitaron 140 horas de tiempo de impresión en una impresora 3D normal para producir la réplica de cráneo que se ha utilizado para reconstruir la cara de la enigmática mujer.

El cráneo impreso fue la base sobre la que la escultora Jennifer Mann ha utilizado toda su habilidad artística y forense para reconstruir el rostro de la momia.

Mann aprendió la técnica para la reconstrucción facial en el Centro de Antropología Forense de la Universidad Estatal de Texas (EE.UU.), donde estudió con la destacada escultora forense Karen T. Taylor.

Practicó en moldes de cráneo usados previamente en casos reales de investigación policial para reconstruir los rostros que debieron tener en vida víctimas no identificadas de asesinato.

Mann advierte que cualquier reconstrucción facial solo puede ser una aproximación del aspecto que alguien pudo tener en vida, nunca una réplica perfecta, pero los resultados que ella obtuvo en Texas coinciden mucho con los rasgos reales de las víctimas de asesinato que al final fueron identificadas.

Fuente: Noticias de la Ciencia

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *