Al comprimir la mayoría de los materiales, se aplastan sus átomos o moléculas uno contra el otro, acortando los lazos entre ellos. Pero un nuevo material ultra-compresible actúa como un conjunto de engranajes y muelles que se encogen de tamaño.
La técnica, que también tendrá repercusiones a corto plazo para el crecimiento de tejidos semejantes a órganos en plataformas catalogables como chips, ha sido desarrollada por el equipo de Ron Weiss, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Cambridge, Estados Unidos.