Un algoritmo de aprendizaje automático permite calcular la inteligencia de una persona sin que tenga que resolver rompecabezas, tests u operaciones.
Hasta ahora, el cociente intelectual era el sistema más común y difundido para valorar la inteligencia de una persona.
Esta serie de pruebas han dividido a la comunidad científica entre quienes pensaban que el cerebro humano es demasiado complejo como para medir la inteligencia como un valor y quienes consideran que este sistema es útil para casos concretos como la predicción del rendimiento académico.
Un nuevo estudio podría cambiar esto y proporcionarnos un sistema más fiable.
El equipo de investigadores de Caltech, el Centro Médico Cedars-Sinai y la Universidad de Salerno ha desarrollado un nuevo dispositivo capaz de ‘medir’ la inteligencia de una persona viendo las imágenes de una resonancia magnética funcional (fMRI por sus siglas en inglés) de su actividad cerebral en reposo.
Basándose en los cambios de flujo sanguíneo en determinadas áreas cerebrales permite deducir los patrones de actividad cerebral sin necesidad de estar realizando ningún tipo de problema matemático, prueba de lenguaje o acertijo.
‘La gente puede tumbarse en el escáner sin hacer nada mientras usamos los datos del patrón de actividad cerebral para predecir su inteligencia’, afirma Ralph Adolphs, Doctor en psicología, neurociencia y biología y líder del estudio.
Para poner a prueba su algoritmo de aprendizaje automático, se utilizó la información recolectada en el Proyecto de Conectoma Humano (HCP), que busca mejorar la comprensión de las conexiones en el cerebro humano.
Adolphs y su equipo recopilaron los escáneres cerebrales y las puntuaciones de coeficiente intelectual de 900 individuos que habían participado en el HCP.
Tras procesar los datos, el algoritmo del equipo fue capaz de predecir la inteligencia de un número estadísticamente significativo de los 900 sujetos elegidos.
A pesar de los primeros resultados positivos Julien Dubois, participante en la investigación, señala que el escáner realiza ‘una medida tosca y ruidosa de lo que realmente ocurre en el cerebro y mucha información útil se descarta’.
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El estudio forma parte de un intento por diseñar una máquina de diagnosis que pueda proporcionar mucha información de la mente de una persona a través de un escáner cerebral.
Adolphs y sus compañeros aseguran que les gustaría ver el día en que una imagen de resonancia magnética pueda ser utilizada para diagnosticar determinadas condiciones como autismo, esquizofrenia o ansiedad al igual que se utilizan normalmente para encontrar tumores, aneurismas o problemas renales.
La inteligencia fue elegida como uno de los primeros campos de prueba para la tecnología porque resulta muy estable a lo largo del tiempo.
El coeficiente intelectual de una persona no suele variar mucho en periodos de semanas, meses o años.
Los investigadores también han realizado un estudio paralelo usando el mismo método y enfoque pero con la intención de predecir la personalidad de un sujeto a través de una imagen de resonancia magnética.
Esto ha sido aún más difícil de conseguir que el predecir la inteligencia.
El equipo de Adolphs y Dubois sigue trabajando junto a investigadores de otros campos para lograr sus objetivos.
‘La imagen de resonancia magnética funcional no ha cumplido su promesa como herramienta de diagnosis, pero nosotros y muchos otros estamos trabajando para cambiar eso’, asegura Dubois.
‘La posibilidad de que grandes bases de datos sean utilizadas por científicos de todo el mundo lo están haciendo posible’.
Fuente: Muy Interesante