En un futuro donde muchos de los servicios que la gente usará en su vida cotidiana dependerán de conexiones a través de internet, los dispositivos empleados para ello deberán ser capaces de funcionar sin cables ni baterías.
Y eso incluye a los instalados dentro de los edificios, donde la luz solar puede que llegue debilitada o que ni siquiera llegue.
Investigadores han ideado un nuevo tipo de células solares sensibilizadas por colorante que aprovechan la luz de las lámparas del interior de edificios.
La “Internet de las Cosas” es, a grandes rasgos, la idea de que vehículos, electrodomésticos, puentes y otras infraestructuras, equipamiento de fabricación e incluso ganado, tengan sensores que envíen información directamente a servidores en internet, ayudando así en las tareas de mantenimiento y coordinación.
Implicará una red de dispositivos físicos y aplicaciones conectadas a través de internet.
Se estima que para 2025, en bastantes facetas de nuestras vidas intervendrán algunos de los 75.000 millones de dispositivos que constituirán la Internet de las Cosas.
Muchos de estos dispositivos estarán ubicados en interiores.
Para un adecuado funcionamiento de la Internet de las Cosas, se necesitará que muchos dispositivos se vuelvan autónomos, lo que significa que ya no podrán depender de baterías que debamos reemplazar periódicamente ni de una conexión a alguna toma de corriente que les suministre desde la red eléctrica la energía que necesiten para funcionar.
The main language of communication with the parents. levitra australia prices The medicines are available at lucrative purchase benefits. cialis without prescription uk Whatever may be the reason of the impotence, you side effects from viagra can overcome this disease. After awhile, his physical symptoms became cialis prescription impossible to ignore.Para lograr esta independencia energética, es crucial que puedan usar una fuente de energía local que requiera poco o ningún mantenimiento.
Con este objetivo, el equipo de Marina Freitag y Hannes Michaels, de la Universidad de Upsala en Suecia, ha desarrollado las citadas células solares, que pueden convertir hasta el 34 por ciento de la luz visible en electricidad para alimentar una amplia gama de sensores de la Internet de las Cosas.
Los últimos resultados de la línea de investigación y desarrollo, muy prometedores, sitúan a las células solares sensibilizadas por colorante como líderes en eficiencia de conversión de energía bajo condiciones de iluminación artificial en interiores, superando a las células solares convencionales de silicio y a las células solares hechas de materiales exóticos.
Los resultados permiten augurar asimismo un fuerte impulso a la proliferación de minidispositivos digitales de bajo costo, que no solo expandirán el alcance de la domótica sino que también permitirán dotar de funciones “inteligentes” a paquetes durante su viaje al destinatario, a objetos de los que se desee hacer un seguimiento detallado en almacenes, oficinas y domicilios, y a muchos otros enseres que hoy nadie se imaginaría dotados de las funcionalidades que ofrece la electrónica.
En cooperación con los expertos de la Universidad Técnica de Múnich en Alemania, los investigadores han diseñado un sistema adaptativo de “administración de energía” para sensores, energizados por luz, aptos para la Internet de las Cosas.
A diferencia de sus equivalentes que están limitados por la duración de su pila eléctrica, los dispositivos alimentados por luz se energizan de manera adaptable con la cantidad de luz que esté disponible en cada momento.
Para el futuro, los científicos esperan que miles de millones de dispositivos de la Internet de las Cosas autoenergizados por células fotovoltaicas de interiores proporcionen todo tipo de servicios, desde información ambiental hasta comunicaciones humano-máquina y máquina-máquina.
Tales sensores avanzados serán una parte importante de la nueva revolución de la robótica y de los sistemas autónomos que actualmente se está gestando.
Fuente: Noticias de la Ciencia