Simplemente se volvió un poco más fácil crear robots blandos que se adapten al mundo que los rodea.
Investigadores de la Universidad de Rice han desarrollado una técnica de impresión 3D (la llaman “4D”) para material que cambia automáticamente a una forma alternativa cuando se somete a una corriente eléctrica, cambios de temperatura o estrés simple.
El equipo produjo una “tinta” de polímero de cristal líquido con dos conjuntos exclusivos de enlaces moleculares: uno con la forma impresa originalmente y otro al manipular el material.
En este caso, los científicos solo tuvieron que calentar o enfriar el material para cambiarlo entre una superficie plana y una irregular, entre otros cambios.
El desafío era crear una mezcla de polímeros que pudiera imprimirse en un baño de catalizador sin perder su forma, dijo Rice.
Hay inconvenientes.
No se puede imprimir estructuras no soportadas, y eso limita las combinaciones de formas que puede hacer.
Tampoco hay indicios inmediatos de que esto esté listo para la producción a gran escala necesaria para el mundo real: cualquier uso podría tardar años.
Sin embargo, los usos prácticos son claros: se pueden crear robots blandos que se mueven como medusas, o incluso implantes médicos que cambian de forma y se configuran para adaptarse a su cuerpo.
Fuente: Engadget