En 2018, investigadores de la Universidad Brigham Young demostraron un dispositivo llamado Optical Trap Display que usaba láseres para crear imágenes holográficas flotantes que no necesitan una pantalla.
Ese mismo equipo ahora está demostrando una nueva técnica que permite animar esas imágenes holográficas: adiós televisores, hola holocubiertas.
La mayoría de los hologramas 3D requieren que se muestre una pantalla especial, e incluso entonces el efecto 3D se limita a un pequeño campo de visión.
Las imágenes realmente parecen existir en el espacio 3D, pero de un paso hacia un lado y de repente no ve nada en absoluto.
El enfoque adoptado por los investigadores de la Universidad Brigham Young es radicalmente diferente.
Las pantallas son reemplazadas por láseres: una invisible que manipula una diminuta partícula opaca que flota en el aire, y una visible que ilumina la partícula con diferentes colores a medida que viaja a través de un camino predefinido, creando lo que parece una imagen flotante a un observador humano.
A diferencia del ángulo de visión restringido de los hologramas tradicionales, un observador puede ver estas imágenes de pantalla de trampa óptica que flotan libremente desde cualquier ángulo y puede caminar alrededor de ellas sin que el efecto 3D desaparezca porque las imágenes flotantes están realmente dibujadas en el espacio 3D.
Tres años de mejora de la tecnología utilizada en las pantallas de trampa óptica ahora han permitido a los investigadores de BYU llevar el efecto al siguiente paso con animaciones que se reproducen frente a los ojos de un observador en tiempo real.
El equipo demostró el efecto asombroso con pequeñas recreaciones de naves espaciales de Star Trek involucradas en una batalla de torpedos de fotones en el aire (completa con explosiones simuladas que parecen animaciones vectoriales directamente de Tron) e incluso versiones en miniatura de Obi-Wan y Darth Vader en duelo con sables de luz brillantes hechos de láseres reales.
Los investigadores incluso han ideado formas de rastrear los movimientos de un objeto de la vida real y hacer que los hologramas que flotan libremente parezcan interactuar con sus movimientos, como un personaje de figura de palo animado que camina sobre un dedo humano.
Usando trucos ópticos como jugar con la perspectiva y los movimientos de paralaje, los hologramas podrían incluso parecer mucho más grandes de lo que realmente son cuando se proyectan frente a un par de ojos, por lo que existen algunas aplicaciones potencialmente interesantes cuando se trata de hacer gafas inteligentes viables.
Fuente: Gizmodo