Los ElectroVoxels son baratos de fabricar y utilizan electroimanes para la reconfiguración.
Científicos del Laboratorio de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial (CSAIL) del MIT y la Universidad de Calgary han desarrollado un sistema de robot modular que puede transformarse en diferentes formas.
Los ElectroVoxels no tienen motores ni partes móviles.
En su lugar, utilizan electroimanes para moverse entre sí.
Cada borde de un cubo ElectroVoxel es un núcleo de ferrita electromagnética envuelto con alambre de cobre.
La longitud de cada lado de ElectroVoxel es de alrededor de 60 milímetros.
El costo total es de solo 60 centavos.
Cuando se cambia la polaridad de un imán, los bordes se atraen o se repelen entre sí.
Eso hace que los cubos cambien a una orientación diferente.
Las placas de circuito impreso y la electrónica dentro de cada cubo controlan la dirección de la corriente de cada electroimán.
Los robots tienen dos tipos básicos de movimiento.
Pueden girar alrededor del borde de otro cubo o atravesar de un ElectroVoxel al siguiente.
Se puede utilizar un planificador de software para programar reconfiguraciones.
Un usuario puede resaltar imanes específicos, controlar la velocidad de los movimientos del cubo y asegurarse de que no choquen entre sí.
Los investigadores dicen que es posible controlar hasta 1.000 ElectroVoxels con el software.
Los usuarios pueden decirle a los bloques que cambien a diferentes formas, como pasar de una silla a un sofá.
Pueden decidir qué cubo debe moverse en qué dirección, y el software determinará las asignaciones electromagnéticas necesarias para llevar a cabo la tarea.
Los científicos probaron ElectroVoxels en microgravedad en un vuelo parabólico.
Descubrieron que los robots pueden operar en entornos de baja gravedad.
Como tal, los investigadores dicen que los ElectroVoxels podrían usarse para alterar y crear estructuras en el espacio exterior.
Sugieren que los robots podrían cambiar las propiedades de inercia de una nave espacial, lo que podría mitigar la necesidad de combustible adicional para la reconfiguración.
Eso, dicen los científicos, soluciona muchos desafíos relacionados con la masa y el volumen del lanzamiento.
Esperan que el sistema eventualmente permita una variedad de casos de uso relacionados con el espacio, como aumentar y reemplazar estructuras en una serie de lanzamientos y construir estructuras temporales para ayudar a los astronautas y ayudar con las inspecciones de naves espaciales.
Una versión futura de ElectroVoxels podría permitir la creación de contenedores de almacenamiento de autoclasificación.
Sin embargo, para permitir que los robots se reconfiguren más fácilmente en la gravedad de la Tierra, los investigadores dicen que se requeriría un modelado y una optimización más detallados.
“Si bien los beneficios potenciales en el espacio son particularmente grandes, la paradoja es que la dinámica favorable proporcionada por la microgravedad significa que algunos de esos problemas también son más fáciles de resolver: en el espacio, incluso las fuerzas más pequeñas pueden hacer que las cosas grandes se muevan“, dijo Martin Nisser, estudiante de doctorado en CSAIL y autor principal de un artículo sobre ElectroVoxels.
“Al aplicar esta tecnología para resolver problemas reales a corto plazo en el espacio, esperamos poder incubar la tecnología para uso futuro en la Tierra también“.
Fuente: MIT