El uso de embriones en investigación tiene muchas utilidades. Puede ayudar a entender mejor cómo nos desarrollamos desde que nos formamos mediante la unión de dos células sexuales o a comprender mejor algunas enfermedades.
Y también sirve para estudiar las causas que conducen a abortos o malformaciones, por ejemplo.
Pero claro, por motivos éticos, es una investigación que está sometida a muchísimas normas.
Por eso, algunos científicos han centrado su trabajo en obtener embriones sintéticos, con las mismas utilidades, pero que no se formen de la manera que lo hacen naturalmente.
Ya se ha hecho con modelos animales de laboratorio.
Y, en el caso de los humanos, se han realizado algunos intentos. No obstante, nunca se había llegado tan lejos como asegura haberlo hecho un equipo de científicos de la Universidad de Cambridge y el Instituto de Tecnología de California.
En su caso, han obtenido embriones sintéticos humanos mediante la programación de células madre.
Además, por primera vez en nuestra especie, han logrado desarrollar células de tres linajes diferentes.
Es decir, especializadas en tres destinos diferentes.
Esto podría tener grandes aplicaciones; aunque, incluso no tratándose de los embriones convencionales, es posible que haya que establecer una nueva normativa que llene el vacío ético que existe al respecto.
Los seres humanos se reproducen mediante reproducción sexual. Esto quiere decir que el óvulo y el espermatozoide, que son la célula sexual femenina y masculina, se fusionan para dar lugar a un zigoto, en un proceso conocido como fecundación.
Este comienza a dividirse poco a poco, dando un número de células cada vez mayor, que primero aparecen en una sola hoja y luego se van especializando en diferentes líneas celulares.
Además, poco a poco se van estableciendo los ejes que darán lugar a cada una de las partes del cuerpo del nuevo individuo.
Esto es lo que se conoce como desarrollo embrionario y es el proceso natural por el que surgen los embriones.
Las células de los embriones son lo que se conoce como células madre pluripotentes.
Es decir, tienen la capacidad de dividirse en más células madre o de diferenciarse en cualquier tipo celular.
Esto es muy útil en medicina regenerativa, ya que ayuda a obtener cualquier tipo de células para reparar lesiones de las células adultas.
Pero también tiene otras utilidades, como obtener nuevos embriones sin que se produzca una nueva fecundación.
Es así como los responsables de esta nueva investigación obtuvieron sus embriones sintéticos.
Tomaron células de una parte del embrión, llamada tallo embrionario, y las programaron, no para obtener células adultas diferenciadas, sino para dar un paso atrás y generar un nuevo embrión en sus primeras fases de desarrollo.
Así, les ha permitido obtener embriones sintéticos que han seguido desarrollándose más allá del límite de 14 días.
Obtener embriones en el laboratorio es sencillo.
De hecho, se hace a diario en las clínicas de reproducción asistida.
Sin embargo, la legislación de la inmensa mayoría de países no permite que esos embriones se mantengan desarrollándose fuera del útero durante más de 14 días.
Esto se hace por las implicaciones éticas que tendría obtener humanos de una forma tan artificial.
Ahora bien, hay un vacío legal con respecto a lo que ocurre si no es un embrión obtenido naturalmente mediante óvulos y espermatozoides.
Estos científicos han logrado obtener embriones sintéticos que representan etapas posteriores a esos 14 días de desarrollo.
No había un corazón latiendo, ni los inicios de un cerebro, pero sí células que darían lugar a la placenta, el saco vitelino y el propio embrión.
Por lo tanto, estos embriones sintéticos podrían ser muy útiles para analizar cómo afectan ciertos factores ambientales al embrión, sin tener que seguir un embarazo.
Antes de hablar sobre lo que puede suponer el desarrollo de embriones sintéticos debemos tener en cuenta que esta investigación aún no se ha publicado.
Puede que se encuentren fallos en el procedimiento o que no se pueda replicar. Por eso, de momento hay que hablar del tema con cautela.
Ahora bien, si todo sigue en la senda descrita por Żernicka-Goetz, habría que hacerse preguntas sobre el siguiente paso.
¿Hasta dónde se puede llegar? ¿Sería posible llegar hasta las fases finales del desarrollo embrionario fuera de un vientre materno?
De momento, ha habido investigadores que han llegado más adelante con modelos animales.
Por ejemplo, con ratones se ha conseguido llegar hasta un corazón que late y los inicios de un cerebro en desarrollo.
Aun así, no parece que, con las tecnologías actuales, sea posible que los embriones sintéticos lleguen a las fases finales de desarrollo.
Un equipo de científicos chinos desarrolló embriones sintéticos con células de mono y los implantó en el útero de hembras de mono adultas.
Así, algunas de ellas llegaron a mostrar signos de embarazo, pero solo durante unos días. Después, todas abortaron de una forma muy temprana.
Por lo tanto, no parece que sea técnicamente posible. O quizás sea una cuestión biológica.
Lo que está claro es que, si la investigación sigue adelante, puede que haya que ir cambiando la legislación.
Al fin y al cabo, cuando de embriones humanos se trata, hay que tener muy en cuenta la bioética.
Fuente: Hipertextual