Las baterías de estado sólido se han convertido en la gran meca del auto eléctrico.
Estos acumuladores de energía prometen todo lo que los críticos alegan contra este tipo de tecnología: serán más seguras, rápidas de cargar y contarán con autonomías enormes, superiores a 1.000 kilómetros.
Al menos, eso es lo que prometen. De momento, lo más parecido que tenemos entre manos es la batería de estado semisólido de NIO.
Con ella, la compañía ha conseguido recorrer más de 1.000 kilómetros con una sola carga pero el precio de la batería es tan alto que cuesta tanto como un Mercedes Clase C.
Las promesas, eso sí, son tan ambiciosas que la mayor parte de los fabricantes están trabajando en su desarrollo o, al menos, tienen inversiones en empresas que se dedican a ello.
Este es el caso de Volkswagen con PowerCo, su empresa dedicada al desarrollo y producción de baterías.
PowerCo ha verificado los avances de la empresa estadounidense QuantumScape, que asegura haber conseguido excelentes resultados en su célula de batería de estado sólido.
Según la compañía, la batería ha pasado una prueba que la enfrentaba a 1.000 ciclos de carga.
Tras este periodo, la batería no ha sufrido daños y apenas ha perdido un 5% de su capacidad.
Según PowerCo, en un vehículo que homologue entre 500 y 600 kilómetros en ciclo WLTP, 1.000 ciclos representan alrededor de medio millón de kilómetros recorridos.
Perder sólo el 5% de la capacidad pasado este tiempo es una buenísima noticia pues, en este momento, la mayor parte de las marcas ofrecen garantías de entre siete y diez años o entre 150.000 y 200.000 kilómetros, lo que antes suceda.
En ese tiempo, las compañías sustituyen la batería si su capacidad decae por debajo de entre el 70% y el 80%. Cada marca, cuenta con sus propias garantías.
Frank Blome, CEO de PowerCo, ha calificado los resultados como “muy alentadores y un hito en el camino hacia la producción en serie de la célula de estado sólido”.
Hay que recordar, eso sí, que la mayor parte de los fabricantes que están inmersos en el desarrollo de estas baterías de estado sólido apuntan a finales de esta década para poder verlas en el mercado y todavía queda por despejar qué precio tendrán dichos acumuladores de energía.
Fabricantes como Toyota ya avisan de que, al menos en los primeros pasos de su comercialización, sólo podrán instalarlas en los autos de alto rendimiento, debido a su alto costo.
Fuente: Volkswagen Group