Un equipo internacional de investigadores examina con inteligencia artificial cuáles son los factores que podrían prever la calidad de una relación de pareja y por qué algunas prosperan más que otras.
La inteligencia artificial se emplea en una amplia variedad de disciplinas y aplicaciones que van desde la robótica o la medicina hasta la industria o el entretenimiento.
Pero, ¿podría la IA predecir la calidad de una relación de pareja? ¿Se puede prever la felicidad de las personas en sus relaciones?
Hasta la fecha, la ciencia de las relaciones, un campo interdisciplinar que abarca la psicología, la sociología, la economía o la comunicación, ha identificado cientos de variables que supuestamente determinan la calidad de las relaciones románticas.
Recientemente, un equipo internacional de investigadores ha descubierto, a través de inteligencia artificial, cuáles son los factores que predicen mayor consistencia en una relación de pareja.
Concretamente, se ha empleado aprendizaje automático (machine learning), una rama clave de la IA que se utiliza para analizar grandes conjuntos de datos y hacer predicciones o tomar decisiones basadas en patrones identificados.
“Teniendo en cuenta cómo influye la calidad de las relaciones románticas en la salud y el bienestar, uno de nuestros objetivos consiste en explicar por qué algunas relaciones románticas prosperan más que otras”, indican los autores del estudio.
Así pues, los científicos analizaron directamente el poder de predicción de una serie de variables en un total de 11.196 parejas de todo el mundo.
“Por una parte, cuantificamos hasta qué punto la calidad de las relaciones es predecible, y, por otra, detectamos qué factores predicen de forma fiable esas relaciones”, en palabras de los investigadores.
Según las conclusiones, los principales elementos que predicen la calidad de una relación son el aprecio, la satisfacción sexual, o el conflicto, así como el compromiso y la satisfacción que se percibe por parte del otro miembro de la pareja.
Curiosamente, los resultados revelaron que estas variables pueden predecir hasta el 45 % de la inestabilidad en la calidad de una relación.
Asimismo, a nivel individual, los principales predictores de la solidez de una relación son la satisfacción con la propia vida, el afecto negativo o la depresión, además de la evasión o la inquietud por el apego, según los datos extraídos del estudio.
Estos indicadores individuales son capaces de prever hasta un 21 % de inestabilidad en una relación amorosa.
Sin embargo, los autores del estudio aclaran que todas esas posibilidades de riesgo se basan en las propias percepciones de los miembros de la pareja, y por tanto, hay que interpretar los datos con cautela.
“Nuestros resultados sugieren que, si [Alicia y Alex] rellenan cada uno muchos cuestionarios sobre sí mismos y su relación, todas las variaciones predecibles en la calidad de su relación se explicarán únicamente por sus propias percepciones de esa relación”, explican.
Esto supone que, “es del todo improbable que los cambios en la consistencia de una relación a lo largo de los meses o años siguientes sean predecibles a partir de los datos que proporcionan los propios miembros de la pareja”, advierten los responsables de la investigación.
En este sentido, otras variables como la personalidad, los rasgos de la persona o los juicios de la pareja tampoco podrían anticipar con fiabilidad si la calidad de una relación aumentaría o disminuiría con el tiempo, como apuntan los investigadores.
Con todo, desde el punto de vista del interés público, este trabajo basado en IA ofrece respuestas provisionales a la eterna pregunta de qué puede adelantar el hecho de saber el grado de satisfacción y compromiso entre los dos miembros de una relación.
“Experimentar afecto negativo, depresión o apego inseguro son sin duda factores de riesgo en las relaciones”, subrayan los científicos.
Y aunque en principio, esos factores podrían suponer un escollo para una relación sólida, los investigadores afirman que una pareja puede mantener una relación estable si predomina el aprecio, la satisfacción sexual, la ausencia de conflictos y, además, se percibe a la pareja como comprometida y receptiva.
Según sus argumentos, “la calidad de una relación se puede predecir a partir de diversos constructos, pero algunos importan más que otros, y los indicadores más próximos son los rasgos que caracterizan la percepción que una persona tiene de la propia relación”, concluyen.
Es importante señalar que la IA ha ido ganando terreno progresivamente en los últimos años, a veces de forma controvertida debido sobre todo a cuestiones éticas y políticas.
Sin embargo, este tipo de tecnología se ha vuelto omnipresente en muchas industrias, mejorando la eficiencia, la precisión y la capacidad de tomar decisiones informadas.
La inteligencia artificial ya se aplica en áreas como la comunicación (reconocimiento de imágenes y vídeo), asistencia virtual y chatbots (Siri, Alexa o ChatGPT), aprendizaje automático y análisis de datos, conducción autónoma de vehículos, salud, finanzas y comercio, industria, redes sociales, plataformas de streaming, juegos y entretenimiento o robótica, entre otras.
Fuente: PNAS