Una investigación de la Universidad de Aston, en el Reino Unido, consigue velocidades de transferencia espectaculares.
El equipo de la Universidad de Aston trabajó en colaboración con el Instituto Nacional de Tecnología de Información y Comunicaciones en Japón y con el Nokia Bell Labs en EEUU.
Tras sus experimentos, lograron transferir datos a nada menos que 301 Tb/s usando un único cable de fibra óptica.
Para lograr este hito, los investigadores, liderados por el profesor Wladek Forysiak.y el Dr. Ian Phillips (en la imagen), hicieron uso de bandas con nuevas longitudes de onda que aún no se usan en los sistemas de comunicaciones con fibra óptica en internet.
Para lograr trabajar con esas longitudes de onda el equipo desarrolló amplificadores ópticos y ecualizadores de ganancia óptica que permitía acceder a ellas.
El Dr. Phillips se encargó del diseño de un procesador óptico y explicó cómo “en esencia, los datos se enviaron a través de un cable óptico como los que se usan en una conexión a internet doméstica o de oficina“.
El secreto está en las bandas utilizadas.
“Además de las bandas disponibles comercialmente, la C y la L, usamos dos bandas espectrales adicionales llamadas banda E y banda S.
Normalmente estas bandas no han sido necesarias porque las bandas C y L podían ofrecer la capacidad requerida para satisfacer las necesidades de los usuarios“.
En los últimos años la Universidad de Aston ha estado desarrollando amplificadores que operan en la banda E, la siguiente a la banda C en el espectro electromagnético pero que es tres veces más amplia.
Hasta la fecha, nadie había sido capaz de aprovechar dicha banda de longitudes de onda para transmitir datos de forma controlada.
Como explica el profesor Forysiak, al “incrementar la capacidad de transmisión en la red troncal, nuestro experimento podría mejorar enormemente las conexiones de los usuarios finales“.
Lo haría además aprovechando la fibra óptica actual y sin necesidad de desplegar más cables, algo que es enormemente costoso.
Queda por ver si el hito acaba aplicándose de forma masiva, pero desde luego abre las puertas a una singular revolución en nuestras líneas de comunicaciones.
Fuente: Aston University