La nueva inteligencia artificial de China permite crear estrategias de defensa, tomar el control de ataques y controlar ejércitos de drones de forma autónoma.
Pero por el momento, está aislada del mundo real.
El nuevo invento del Departamento de Defensa del Gobierno Chino no solo parece un videojuego, sino que por el momento actúa como tal.
Y aunque todavía está aislado, no se descarta la posibilidad de que se convierta en una herramienta vital para el fuego real dentro de unos años.
En estos momentos, la doctrina militar china no permite que una IA controle ataques, por lo que cualquier movimiento debe ser aprobado por un comandante humano.
Ahora bien, este logro tecnológico sí puede ayudar en la toma de decisiones de los militares reales, pues su procesamiento no tiene descanso y su capacidad es asombrosa.
De hecho, no es el primer país en desarrollar una IA capaz de ayudar en términos estratégicos y militares.
El rey de la defensa, el Gobierno de Estados Unidos, también se ayuda de una inteligencia artificial para la toma de decisiones, el estudio de las estrategias bélicas más actuales y el entrenamiento de algunas unidades de las Fuerzas Aéreas.
En este sentido, China ha ido un paso más allá con su comandante basado en inteligencia artificial.
Los ingenieros que han desarrollado el proyecto han confirmado que el modelo ha sido entrenado con experiencias humanas, documentos bélicos reales y estrategias de los diferentes bandos en guerras pasadas.
Además, le han otorgado capacidades humanas como el olvido.
Cuando la inteligencia artificial llega a su límite de procesamiento, es capaz de olvidar ciertos aspectos menores para seguir aprendiendo otros más importantes.
Es decir, que simula la personalidad humana a la hora de aprender.
¿Su objetivo actual? Ayudar a desarrollar estrategias para conflictos en regiones sensibles como Taiwán o el Mar de China Meridional.
Su capacidad le permite estudiar las sociedades actuales y establecer futuros posibles basados en decisiones militares correctas.
También puede ayudar a tomar decisiones a la hora de controlar o prevenir ataques masivos de drones o incurrir en zonas con gran cantidad de vehículos blindados pesados.
Es decir, que su utilidad, salvando las grandes diferencias, se parece a un ChatGPT militar al que los comandantes humanos pueden recurrir para ampliar sus conocimientos.
Así es, este comandante basado en inteligencia artificial está aislado del sistema de fuego real que tiene el Departamento de Defensa chino.
Por el momento solo es un carísimo videojuego con el que están estudiando las posibilidades del futuro, aunque su desarrollo está pensado para ser efectivo en conflictos reales.
Es decir, que esta inteligencia artificial podría ser la encargada de lanzar un misil, enviar un dron o dar instrucciones a un ejército en el futuro.
A diferencia de la herramienta de EE. UU., esta sí está pensada para ser totalmente autónoma y dejar a un lado las instrucciones humanas.
Fuente: Hipertextual