Investigadores de los Laboratorios Federales Suizos de Ciencia y Tecnología de Materiales han creado precisamente eso con la ayuda de un hongo.
El descubrimiento se produjo después de que el hongo y la madera se incubaran juntos durante tres meses en un ambiente muy húmedo.
Esto hizo que la madera de balsa absorbiera hasta ocho veces su peso en agua.
En cuanto al brillo, comienza cuando la madera se expone al oxígeno, momento en el que la enzima luciferasa inicia la reacción que da como resultado la emisión de un brillo verde.
“La madera luminosa de forma natural fue descrita por primera vez hace unos 2.400 años por el filósofo griego Aristóteles.
Los materiales compuestos producidos artificialmente de este tipo serían interesantes para muchos tipos de aplicaciones“, dijo Francis Schwarze, investigador de hongos del laboratorio de materiales de celulosa y madera de Empa en St. Gallen.
Fuente: Empa