La inteligencia artificial se adentra en las unidades de cuidados intensivos: revolucionando la medicina y planteando interrogantes éticos.
La penetración de la inteligencia artificial en diversas áreas de la actividad humana continúa su avance imparable, y ahora ha llegado el momento de las unidades de cuidados intensivos en los hospitales.
Los resultados obtenidos en pruebas piloto son excelentes, aunque se espera que generen ciertos recelos en ciertos sectores de la sociedad.
Es cada vez más evidente que en el futuro la inteligencia artificial jugará un papel crucial en la medicina.
Hasta ahora, ha demostrado su eficacia en el diagnóstico, como es el caso de los computadores con IA capaces de clasificar imágenes médicas con gran precisión, identificando cambios patológicos.
No obstante, entrenar a una inteligencia artificial para examinar en tiempo real el estado del paciente y buscar opciones de tratamiento es un desafío más complejo.
Sin embargo, el equipo liderado por Clemens Heitzinger de la Universidad Tecnológica de Viena (TU Wien), junto con Razvan Bologheanu y Oliver Kimberger de la Universidad Médica de Viena, ha logrado precisamente eso.
Utilizando una gran cantidad de datos recopilados de unidades de cuidados intensivos en varios hospitales, los investigadores han desarrollado una inteligencia artificial que ofrece sugerencias para el tratamiento de pacientes con septicemia que requieren cuidados intensivos.
“Hemos empleado una forma de aprendizaje automático conocida como aprendizaje por refuerzo“, explica Clemens Heitzinger.
El aprendizaje automático es una rama de la inteligencia artificial.
“No se trata simplemente de una clasificación, como la revisión de numerosas imágenes para distinguir las que muestran un tumor de las que no lo hacen.
Aquí estamos hablando de una progresión temporalmente cambiante, de la evolución que probablemente experimentará un paciente en particular.
Matemáticamente, es algo muy diferente y en el campo médico se ha investigado poco en esta dirección“.
Con el nuevo sistema de inteligencia artificial entrenado mediante aprendizaje por refuerzo, se ha logrado que la computadora sea capaz de tomar decisiones por sí misma.
Si logra que el paciente mejore, la computadora es “recompensada“.
Por otro lado, si el estado del paciente empeora o se produce el fallecimiento, la computadora es “castigada“.
El objetivo del sistema de inteligencia artificial es maximizar su “recompensa” virtual a través de acciones.
De esta manera, basándose en datos médicos y su experiencia previa, la inteligencia artificial puede seleccionar automáticamente una estrategia con una alta probabilidad de éxito.
Los análisis realizados demuestran que esta inteligencia artificial supera en calidad a las decisiones tomadas por los seres humanos.
Sin embargo, ahora se plantea el desafío de abordar los aspectos legales relacionados con la intervención de un sistema de inteligencia artificial en un ámbito tan delicado como la gestión de una unidad de cuidados intensivos.
Una posible solución podría ser adoptar un enfoque intermedio. Las decisiones médicas no deberían quedar exclusivamente en manos de un sistema de inteligencia artificial, por más efectivo que sea.
En cambio, la inteligencia artificial podría funcionar como un asesor junto al personal médico, quienes podrían consultarla y comparar su propia evaluación con las sugerencias que haga la inteligencia artificial.
Fuente: Journal of Clinical Medicine
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