Una nueva y revolucionaria técnica de microscopía permite visualizar células a través de las paredes de dispositivos microfluídicos de silicio.
La nueva tecnología, apta para la luz de la banda infrarroja cercana, podría ayudar a los científicos a lograr un mejor conocimiento sobre los rasgos que exhiben las células enfermas o infectadas, al poder observarlas mientras fluyen por dispositivos microfluídicos de silicio.
El silicio es comúnmente utilizado para construir dispositivos microelectrónicos. Y también para fabricar dispositivos microfluídicos del tipo popularmente conocido como “laboratorio de un chip”, que pueden clasificar y analizar células basándose en sus propiedades moleculares.
Los dispositivos de este tipo tienen muchas aplicaciones potenciales en investigación y para hacer diagnósticos, y su pequeño tamaño (el de un chip) es una gran ventaja, pero podrían ser aún más útiles si los científicos pudieran observar las células presentes dentro de los dispositivos.
Gracias al nuevo tipo de microscopio inventado por expertos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Cambridge y de la Universidad de Texas en Arlington ahora ya es factible medir con precisión y fiabilidad muy elevadas el tamaño y la conducta mecánica de las células ubicadas al otro lado de la oblea de silicio que sirve de soporte para el dispositivo microfluídico.
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Los científicos adoptaron una técnica de microscopía que funciona enviando un haz láser a través de una muestra y luego dividiendo el haz en dos.
Mediante la recombinación de esos dos haces y comparando la información transportada por cada uno, los investigadores pueden determinar la altura de la muestra y su índice de refracción, una medida de cuánto un material fuerza a la luz a desviarse al pasar a través de él.
La modalidad tradicional de esta técnica utiliza un láser de helio-neón, el cual produce luz visible, pero para la nueva modalidad los investigadores utilizaron un laser de titanio-zafiro que puede ser ajustado a longitudes de onda infrarrojas y en particular de la banda infrarroja cercana. Para este estudio, los científicos encontraron que la luz con una longitud de onda de 980 nanómetros es la que les funcionó mejor.
Fuente: Noticias de la Ciencia