Investigadores relacionan dos biomarcadores sanguíneos con cambios en la función cognitiva de mujeres de mediana edad, lo que abre una vía potencialmente poderosa para la detección e intervención no invasivas y precoces en la enfermedad de Alzheimer y otras demencias.
Un estudio de la Universidad de Míchigan ha analizado dos biomarcadores sanguíneos:
La proporción entre amiloide β (Aβ)42 y Aβ42/40 y la tau181 fosforilada (p-tau181).
A continuación, los responsables del trabajo realizaron un seguimiento de sus niveles en mujeres de mediana edad y sometieron a estas a una batería de pruebas que medían su función neurológica.
El análisis halló que los niveles más altos de p-tau 181 estaban relacionados con un deterioro cognitivo acelerado y que los niveles más bajos de AB 42/40 estaban asociados un deterioro cognitivo más rápido.
Los datos procedían de 192 mujeres de mediana edad a las que se realizó un seguimiento durante catorce años a través del Study on Women’s Health Across the Nation, Michigan Cohort.
«Se trata de un nuevo campo de estudio muy prometedor, pero, por supuesto, necesitamos una muestra más amplia y diversa», afirma Xin Wang, profesor asistente de investigación del Departamento de Epidemiología de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Míchigan.
Los resultados sugieren que la evaluación de los biomarcadores sanguíneos de la enfermedad de Alzhéimer en la mediana edad puede servir como predictor precoz del deterioro cognitivo, lo que ofrece una oportunidad para la detección anticipada y la prevención antes del desarrollo de la demencia irreversible, según asegura Wang.
Además de la posibilidad de anticiparse al alzhéimer y otras formas de demencia, las pruebas con biomarcadores sanguíneos, como los estudiados por Wang y sus colegas, podrían conducir a métodos menos invasivos y posiblemente más asequibles de pruebas neurológicas.
A fecha de hoy, estas requieren punciones lumbares para obtener líquido cerebral y costosas tomografías por emisión de positrones para conseguir imágenes del cerebro.
“Es importante señalar que la presencia de los biomarcadores que analizamos no significa que haya enfermedad de Alzheimer, afirma Wang.
Y añade: Sin embargo, sabemos que son una parte central de los cambios neuropatológicos. Es importante conocer estos cambios patológicos antes que después“.
Los investigadores eligieron la mediana edad como periodo crucial para comprobar e identificar el deterioro cognitivo debido a dos cambios importantes en las mujeres.
El primero es la transición menopáusica, que se caracteriza por una reducción brusca de los niveles de estrógenos y alteraciones ováricas irreversibles, y provoca cambios en la función cognitiva.
Y el segundo, la mayor prevalencia de factores de riesgo cardiometabólico, como la hipertensión y la diabetes, que también se asocian a un riesgo elevado de deterioro cognitivo y demencia en la vejez.
Wang subrayó que los hallazgos se basan en “solo una muestra muy pequeña, pero los resultados son prometedores y constituyen una base importante para la investigación con una muestra más amplia y diversa”.
Fuente: Alzaheimer´s Dementia
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