Un estudio sugiere que el tipo de sonido con el que amanecemos determina nuestro grado de concentración y rendimiento en las horas siguientes.
Aunque pueda parecer una cuestión trivial o de gustos, lo cierto es que el tipo de sonido que escogemos para nuestro despertador importa, según un estudio publicado por científicos de la Universidad de Melbourne.
Según sus autores, las personas que se despiertan escuchando música melódica sufren menos niveles de inercia del sueño que aquellas que utilizan el clásico pitido de las alarmas.
La inercia del sueño es un trastorno del sueño-vigilia que se caracteriza por presentar un estado de atención y cognición reducida: es ese típico estado de aturdimiento en el que nos encontramos al despertar y que puede durar desde unos minutos a varias horas.
El problema es que un estado de inercia del sueño demasiado prolongado puede llegar a afectar a nuestro rendimiento e, incluso, provocar situaciones peligrosas:
Por ejemplo, una de las hipótesis que se baraja en el caso del accidente del Air India Express en 2010 es que la causa fuera la inercia del sueño, pues el capitán se acaba de despertar de una siesta en vuelo justo antes del desastre, lo que le habría llevado a tomar malas decisiones.
En este trabajo, los científicos realizaron un seguimiento a 50 personas, evaluando su forma de despertar por la mañana y su rendimiento en las horas siguientes.
Si bien, en general, los sonidos sirven para atraer la atención humana, lo cierto es que la música melódica la puede mantener durante más tiempo y ayudar a que el cerebro funcione mejor por la mañana.
Los autores señalaron que las canciones pop, con un fuerte elemento rítmico, son muy recomendables, señalando como ejemplo ‘Good Vibrations’ de Beach Boys y ‘Cure to Me’ de The Cure.
La música clásica y los sonidos de la naturaleza, que ya incorporan muchos móviles en su batería de melodías de alarma también serían muy recomendables para ayudar a reducir el estado de aturdimiento matutino.
“Cuando se despiertan, las personas que experimentan inercia del sueño pueden mostrar signos de disminución del estado de alerta y cognición reducida, manifestándose en errores involuntarios”, explica Stuart McFarlane, uno de los autores.
Otra de las recomendaciones, como se explica en este artículo de Nobbot, sería reducir el volumen de la alarma, ya que los sonidos fuertes y repentinos pueden activar la amígdala, que es el órgano que nos prepara para la respuesta de lucha o huída.
Como ha demostrado la investigación, es mucho menos estresante despertarnos con un sonido que va aumentando poco a poco que el hacerlo con un susto, como muchas veces sucede con las alarmas convencionales.
Los autores confían en que este trabajo puede ser muy útil para diseñar nuevos tipos de melodías para las alarmas que ayuden a reducir la inercia del sueño.
“Teniendo en cuenta las crecientes demandas en esta sociedad de 24 horas, maximizar el estado de alerta humano al reducir la inercia del sueño puede proporcionar un entorno más seguro en situaciones donde el rendimiento es crítico”, explican.
Este estudio corrobora los resultados obtenidos por otro trabajo realizado en la Universidad de Cambridge que llegó incluso a elaborar una lista con las veinte mejores canciones para despertarse:
Fuente: Muy Interesante
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