La gran cantidad de residuos de plástico que se ha esparcido por tierra y mar durante décadas es un problema ecológico para el que no se han encontrado soluciones fáciles.
Esta situación podría cambiar a partir de ahora gracias a un asombroso logro de la ingeniería genética: una bacteria marina que descompone el plástico en el agua salada.
Este avance es obra de un equipo encabezado por Tianyu Li, de la Universidad Estatal de Carolina del Norte en Estados Unidos.
En concreto, el organismo modificado puede descomponer el tereftalato de polietileno (PET), un plástico utilizado en todo tipo de objetos, desde botellas de agua hasta ropa, que contribuye de forma significativa a la contaminación por microplásticos en el mar.
Para obtener este singular microorganismo modificado, los investigadores trabajaron sobre dos especies de bacterias.
La primera bacteria, Vibrio natriegens, prospera en agua salada y destaca, entre otras cosas, porque se reproduce muy rápidamente.
La segunda bacteria, Ideonella sakaiensis, destaca porque produce enzimas que le permiten descomponer el PET y comérselo.
Los investigadores tomaron el ADN de la Ideonella sakaiensis responsable de producir las enzimas que descomponen el plástico e incorporaron esa secuencia genética a un plásmido.
Los plásmidos son secuencias genéticas que pueden replicarse en una célula, independientemente del cromosoma propio de la célula.
En otras palabras, se puede introducir un plásmido en una célula extraña y esta ejecutará las instrucciones del ADN del plásmido.
Y eso es exactamente lo que hicieron los investigadores.
Al introducir el plásmido que contenía los genes Ideonella sakaiensis en la bacteria Vibrio natriegens, los investigadores consiguieron que esta produjera las enzimas deseadas en la superficie de sus células.
A continuación, los investigadores demostraron que la Vibrio natriegens modificada era capaz de descomponer el PET en un entorno de agua salada a temperatura ambiente.
“Desde un punto de vista práctico, este es también el primer organismo modificado genéticamente que conocemos capaz de descomponer microplásticos PET en agua salada“, afirma Tianyu Li.
Fuente: AIChE Journal