La ciencia ficción se ha convertido en una realidad gracias a investigadores de la Universidad Tecnológica de Sydney (UTS) y su nueva tecnología de biosensores.
Ahora, los robots controlados por la mente son una realidad, ya que esta tecnología de manos libres y sin voz puede funcionar fuera del laboratorio, en cualquier momento y en cualquier lugar, incluso en entornos operativos extremos como el campo de batalla.
Con esta tecnología, las interfaces de usuario como las consolas, teclados, pantallas táctiles y otros dispositivos de entrada se vuelven redundantes.
En cambio, los usuarios pueden controlar los robots simplemente usando los sensores con patrón hexagonal colocados en la parte posterior del cuero cabelludo, que detectan ondas cerebrales de la corteza visual.
Estos sensores son capaces de soportar condiciones adversas, lo que significa que pueden usarse en entornos operativos extremos.
Además, la combinación de material de grafeno de última generación y silicio hace que los sensores sean altamente conductivos, fáciles de usar y resistentes al contacto con la piel.
Una lente de realidad aumentada montada en la cabeza muestra cuadrados blancos parpadeantes y, al concentrarse en un cuadrado en particular, el biosensor capta las ondas cerebrales del operador.
Luego, las ondas cerebrales se envían a un decodificador que las traduce en comandos.
Según el profesor Chin-Teng Lin de la Facultad de Ingeniería y TI de la UTS, esta tecnología puede emitir al menos nueve comandos en dos segundos.
Esto significa que hay nueve tipos diferentes de comandos entre los que los operadores pueden seleccionar dentro de ese período de tiempo.
Los investigadores también han explorado cómo minimizar el ruido del cuerpo y el entorno para obtener una señal más clara del cerebro del operador.
En resumen, esta tecnología de biosensores abre una nueva era de control de robots con la mente y la eliminación de interfaces de usuario obsoletas.
La tecnología es altamente resistente y fácil de usar en entornos operativos extremos, lo que la hace ideal para aplicaciones militares y de exploración.
Con el tiempo, esta tecnología puede tener aplicaciones aún más amplias en la vida cotidiana, como el control remoto de dispositivos y la realidad virtual.
Fuente: UTS