La carne de laboratorio, guste o no, está triunfando cada vez más.
Presentada como alternativa a los altos recursos que se consumen en ganadería, está acaparando el mercado en los últimos años desde hamburguesas hasta sushi.
Uno de los métodos para obtenerla es imprimirla con una impresora 3D.
¿Y para cocinarla? Adiós sartén y horno, bienvenido láser.
Imprimir carne de mentira con una impresora 3D es relativamente fácil, dada la precisión de estas máquinas es posible recrear sin problemas todo tipo de formas, incluido un filete.
El problema viene a la hora de cocinarla, no se comporta de la misma forma que la carne tradicional.
La industria está tratando de cambiar eso, y los láseres pueden ser la solución.
Un equipo de la Universidad de Columbia ha dado con una solución para cocinar mejor la carne impresa en 3D y que tenga un aspecto, sabor y textura similar a la tradicional.
Para ello calientan el pollo a través de pulsos de láser.
Los investigadores crearon primero un “puré de carne de pollo” que posteriormente una impresora 3D imprimió para darle distintas formas en diferentes muestras.
Hay que tener en cuenta que para el experimento utilizaron carne real que primero trituraron para hacer puré.
La idea es utilizar cualquier tipo de carne que sea impresa en 3D.
Posteriormente calentaron las muestras con un láser que enviaba pulsos de luz para agitar y así calentar la carne.
El proceso dura entre cinco y catorce minutos.
Tras probar esta carne con láser y con métodos tradicionales, indican que se prefiere la cocinada con láser.
Como resultado, la carne retiene más líquido y suelta un mayor sabor que otros métodos como el asar la carne en el horno.
Según los investigadores, el truco está en emitir los pulsos de láser en diferentes amplitudes de onda y dirigiéndolos siguiendo trayectorias determinadas.
Por ejemplo, un láser azul penetra mejor para cocinar la carne en su interior, mientras que el láser infrarrojo es útil para dorar la carne en el exterior.
Con ello pueden calentar y cocinar comida impresa en 3D de forma más práctica.
La visión a largo plazo del equipo de investigadores es que en un futuro cualquiera pueda tener acceso a comida impresa en 3D y cada uno imprima las formas y combinaciones que desee, como si de “recetas” se tratase.
Fuente: EurekAlert