Los chimpancés de todas las edades y de cualquier sexo pueden aprender la relación circular simple que existe entre las tres diferentes posturas hechas con las manos que intervienen en el bien conocido juego del piedra-papel-tijera.
Aunque les puede llevar algún tiempo más, realmente son capaces de aprender el juego tan bien como un niño pequeño.
Un equipo de investigadores, incluyendo a Tetsuro Matsuzawa de la Universidad de Kioto en Japón, y a Jie Gao, de la Universidad de Pekín en China, han presentado los resultados de un estudio que compara la capacidad de los chimpancés con la de los niños a la hora de aprender el juego.
El equipo de investigación quería averiguar si los chimpancés (especie Pan troglodytes) pueden comprender patrones extendidos como el del piedra-papel-tijera, un juego popular entre los niños en el que la postura de la mano para “papel” siempre gana a la “piedra”, mientras que la “piedra” triunfa sobre las “tijeras” y estas derrotan al “papel”.
La relación entre las posturas no son lineales y deben ser comprendidas dentro del contexto de cómo se agrupan las parejas.
Aprender tales patrones transversales precisa una capacidad mental superior.
Ser capaz de hacerlo es útil cuando se forman redes complejas de relaciones, se resuelven problemas o se actualiza lo que ya sabemos sobre un tema.
En los experimentos con chimpancés de diferentes edades y sexos, se constató que estos pueden aprender el patrón circular que se halla en el corazón del juego.
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El equipo de investigación también lo enseñó a 38 niños de preescolar, para comparar el proceso de aprendizaje de los chimpancés con el de los humanos con edades de tres a seis años.
Los niños tenían pocas dificultades para comprender el juego y en promedio lo hacían en menos de cinco sesiones.
Su rendimiento dependía, sin embargo, de la edad.
Cuanto mayores eran, más precisos eran también cuando se les presentaban aleatoriamente las tres parejas.
Los participantes de más de 50 meses (unos 4 años) ya jugaban con más habilidad que suerte.
Ello sugiere que los niños adquieren la capacidad de aprender una relación circular y resolver el problema de los patrones transversales alrededor de los 4 años.
El rendimiento de los chimpancés durante las sesiones de parejas mixtas fue similar al de los niños de 4 años.
Fuente: Noticias de la Ciencia