Es un gran paso hacia el uso de “organoides” en medicina regenerativa.
Los “organoides” cerebrales hechos de células madre son una forma prometedora de estudiar el cerebro, pero el tiempo más largo que han sobrevivido en una placa de Petri es de solo cinco semanas.
Investigadores del Instituto Salk recientemente implantaron un órgano organoide del tamaño de un frijol en un ratón y lo cubrieron con una ventana transparente.
El material pudo obtener un suministro de sangre del ratón y sobrevivió hasta 233 días, mostrando las mismas propiedades y crecimiento como si se tratara de un recién nacido.
Es un gran avance para los organoides y podría ayudar a los científicos a estudiar y tratar enfermedades mentales y lesiones cerebrales.
El equipo de Salk pensó que podrían mantener las células vivas durante un período más prolongado si pudieran obtener un suministro de sangre constante para ellas.
Por lo tanto, extrajeron una pequeña cantidad de tejido cerebral de ratón e injertaron los organoides en una parte rica en vasos sanguíneos del cerebro del ratón.
Por primera vez, los vasos se formaron con sangre que fluye a través de ellos, y el organoide desarrolló nuevas neuronas y células de soporte neuronal llamadas astrocitos.
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“Esto indica que el aumento en el suministro de sangre no solo ayudó al órgano a mantenerse saludable por más tiempo, sino que también le permitió alcanzar un nivel de complejidad neurológica que nos ayudará a comprender mejor la enfermedad cerebral”, dijo el investigador de Salk, Abed Al Fattah Mansour.
Entonces, ¿el tejido cerebral humano hizo que los ratones fueran más inteligentes o autoconscientes?
No, desafortunadamente (o afortunadamente, dependiendo de cómo lo mire).
Después de un día, los ratones implantados con tejido cerebral humano cometieron menos errores en un laberinto, pero solo un día después, realizaron lo mismo que los ratones normales.
El objetivo, en cualquier caso, no era hacer ratones más inteligentes, sino avanzar en la investigación de organoides para que se pudieran utilizar para tratar a los humanos.
Los científicos creen que al desarrollarlos con éxito en animales de laboratorio, pueden comprender mejor cómo se desarrolla el cerebro humano, tanto normalmente como cuando ocurren enfermedades.
“Este trabajo nos acerca un paso más a una representación más fiel y funcional del cerebro humano y podría ayudarnos a diseñar mejores terapias para las enfermedades neurológicas y psiquiátricas”, dijo el autor principal Rusty Gage.
Fuente: Engadget
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