El «minihogar» cuenta con una estructura completa con ladrillos y adornos bien definido.
Travis Casagrande ha creado la casa navideña más pequeña del mundo.
Este investigador asociado del Centro Canadiense de Microscopía Electrónica de la Universidad McCaster (Canadá) ha creado la miniatura de un hogar sobre la cabeza de un muñeco de nieve que apenas tiene el tamaño del grosor de un cabello.
Casagrande construyó una casa de pan de jengibre de silicona con todo lujo de detalles: se pueden observar los ladrillos y los adornos bien definidos.
E incluso tiene un felpudo en el que el ingeniero ha grabado la bandera de Canadá.
Seguramente sea la construcción más pequeña del mundo, ya que tiene la mitad de tamaño que una homóloga hecha en Francia.
La microscópica maravilla tiene sus cimientos aposentados sobre un muñeco de nieve que, a su lado, parece monstruoso.
Sin embargo, la foto final revela que, en comparación, el muñeco mide aproximadamente lo mismo que el grosor que un cabello humano, que parece casi como un tronco de secuoya.
A escalas microscópicas y gracias a un equipo formado por un conjunto de diez microscopios electrónicos, Casagrande utilizó un haz de iones de galio cargados, que actuaron como un chorro de arena, para construir el edificio.
No era la primera vez que utilizaba esta técnica: en 2017 saltó a los medios por construir una pequeña bandera canadiense que volaba desde un poste dentro de un pequeño agujero casi imperceptible taladrado en una moneda de un centavo.
A diferencia de un microscopio de escritorio tradicional que enfoca la luz a través de lentes ópticas, un microscopio electrónico utiliza un haz de electrones y lentes electromagnéticas.
La longitud de onda de estos electrones es aproximadamente 100.000 veces más pequeña que la de la luz visible, lo que permite un aumento mucho mayor.
Su objetivo en ambos casos es demostrar las capacidades del centro para el que trabaja, una instalación especializada en la investigación de materiales tanto para el mundo científico como empresarial.
Casagrande espera que el proyecto genere curiosidad científica entre el público y permita que otros investigadores vean lo que el centro es capaz de hacer.
«Creo que proyectos como este crean curiosidad científica», afirma en un comunicado Casagrande.
«Creo que tanto para niños como para adultos, es importante sentir curiosidad por la ciencia.
Mirar cómo se hizo esto conduce a un mayor interés, y eso genera más alfabetización científica, lo que nos permite a todos tomar mejores decisiones».
Fuente: ABC