Investigadores del MIT han ideado una nueva forma de almacenar energía dentro de concreto modificado, una tentadora solución potencial al inminente problema del almacenamiento de energía.
El investigador del MIT Damian Stefaniuk y sus colegas convirtieron una mezcla de agua, cemento y negro de humo, un material altamente conductor utilizado en la fabricación de neumáticos para automóviles, en un supercondensador.
Si bien los supercondensadores no son tan buenos para el almacenamiento de energía a largo plazo en comparación con las baterías de iones de litio, se pueden cargar y descargar muy rápidamente, lo que los convierte en un complemento intrigante de las baterías convencionales.
Stefaniuk y su equipo creen que su novedoso material podría cambiar las reglas del juego, al aliviar la presión de la red eléctrica al proporcionar formas de almacenar energía verde, cuya generación puede fluctuar mucho a lo largo del día.
“Si se puede ampliar, la tecnología puede ayudar a resolver una cuestión importante: el almacenamiento de energía renovable”, dijo Stefaniuk.
Las aplicaciones potenciales son numerosas.
Por ejemplo, las carreteras construidas con el inusual supercondensador de cemento de carbono podrían cargar rápidamente los automóviles de forma inalámbrica, reduciendo su dependencia de los cargadores convencionales.
Lo más intrigante es que el cemento podría usarse como material de construcción, para “tener paredes, cimientos o columnas que sean activas no sólo para soportar una estructura, sino también porque la energía se almacena en su interior“.
Sin embargo, la tecnología aún está en su infancia.
Por el momento, su supercondensador de prueba de concepto sólo puede almacenar suficiente energía para alimentar un LED de 10 vatios durante 30 horas.
Dado que los supercondensadores también tienden a descargarse muy rápidamente y tienen mucha menos densidad de energía que sus homólogos de iones de litio, el equipo todavía tiene muchos obstáculos que superar.
No obstante, una vez ampliado, Stefaniuk afirma que dicho material podría “satisfacer las necesidades energéticas diarias de una casa residencial”.
El equipo ya está planeando construir una versión de 485 metros cúbicos que pueda hacer justamente eso.
Pero es más fácil decirlo que hacerlo.
“A menudo, los nuevos descubrimientos son problemáticos cuando se considera pasar de la escala de laboratorio o de laboratorio a una implementación más amplia a escalas y volúmenes mayores“, dijo el profesor de ingeniería de la Universidad de Teesside, Michael Short.
“Esto puede deberse a complejidades de fabricación, escasez de recursos o, a veces, a la física o química subyacente”.
Fuente: BBC