El gigante asiático lleva tiempo mostrando su ambición en la carrera espacial, y pronto dará un paso más para avanzar en sus instalaciones científicas en este ámbito.
La última, es el mayor interferómetro astronómico del mundo.
Situado en Daocheng, al borde de la meseta tibetana, este gran conjunto de telescopios tiene una misión clara: estudiar cómo la creciente actividad solar afecta a nuestro planeta.
El Daocheng Solar Radio Telescope (DSRT) ha tenido un costo de 13,7 millones de euros, y está compuesto de 300 antenas situadas en una circunferencia de tres kilómetros de diámetro.
Las pruebas iniciales de esta instalación se realizarán en junio de 2024, y se centrarán en un inminente crecimiento de la actividad solar que se espera para los próximos años.
En concreto se quiere estudiar cómo afectan a la Tierra las erupciones solares.
Esta instalación se une así a dos proyectos recientes de la NASA dirigidos al estudio del sol.
El primero, la sonda Parker lanzada en 2018 y que tras alcanzar velocidades enormes hace un año “tocaba” el Sol.
El segundo, la Solar Orbiter que se lanzó en 2020 y que empieza a desvelar algunos de los misterios de nuestra estrella.
Radiotelescopios como el DSRT son muy interesantes a la hora de estudiar la actividad de la atmósfera superior del Sol, su corona, y así vigilar por ejemplo las tormentas solares.
Entre los eventos que se espera analizar están las eyecciones de masa coronal (CME, Coronal Mass Ejection), erupciones de plasma enormemente caliente que emiten partículas de alta energía capaces de viajar a la Tierra.
Esas radiaciones pueden acabar afectando a los satélites y a las infraestructuras eléctricas de nuestro planeta, como demostraron los sucesos de febrero de 2022, cuando una de estas eyecciones dejó 40 satélites de Starlink fuera de órbita.
La nueva instalación china será más precisa que otros interferómetros astronómicos y permitirá capturar señales más débiles de esas partículas de elevada energía.
Teniendo en cuenta que nuestro planeta cada vez está más cubierto de satélites, el análisis de la actividad solar puede llegar a ser crítico para el éxito de esas nuevas “constelaciones“.
Fuente: Nature