La peculiaridad de este diminuto robot es que puede dividirse en muchas partes y luego volverse a unir. Podría ser útil en la administración de fármacos.
Nuestro organismo está compuesto por infinidad de pasadizos estrechos y sinuosos y barreras casi impenetrables, demasiado complicadas de atravesar por cualquier robot que podamos ver a simple vista.
Para esta tarea, los más indicados son los robots hechos a microescala, ya que son lo suficientemente pequeños para colarse en cualquier espacio diminuto.
Sin embargo, su pequeñísimo tamaño hace que dispongan de muy poca capacidad para transportar suficientes sustancias que serían necesarias para tratar a un órgano enfermo.
Un equipo de científicos parece haber dado con la solución al problema y es que ha ideado un robot diminuto que es capaz de dividirse en muchas partes y cuando estas han llegado a su destino se vuelven a unir.
El robot está fabricado con “ferrofluido”, que es una mezcla de óxido de hierro y aceite de hidrocarburo.
Para que la sustancia pueda dividirse en partes o se alargue para moverse por pasillos estrechos, los científicos usaron imanes esféricos giratorios.
De esta manera, se consigue aplicar fuerza a la sustancia.
En el experimento, los investigadores construyeron un laberinto con caminos grandes y también estrechos, simulando el interior del cuerpo humano, para demostrar cómo el robot podría atravesar las arterias y los capilares.
Al dividirse el robot en partes, pudo llegar con éxito al final del laberinto.
El principal obstáculo para usar este minirobot en el ámbito médico es el sistema de imanes con el que funciona, que tendría que ser lo suficientemente fuerte como para atravesar el tejido humano.
En los últimos diez años, se ha estado aplicando cada vez más en la sanidad robots en miniatura con control magnético.
El siguiente gran salto será fabricar estos robots con cuerpos más blandos y maleables.
Las investigaciones anteriores han demostrado que este tipo de robots puede atravesar espacios muy pequeños de nuestro cuerpo, como huecos en los tejidos y ramificaciones de los vasos sanguíneos, para transportar cargas con precisión celular y realizar micromanipulaciones, dicen los investigadores.
En la actualidad, se está trabajando para fabricar robots blandos en miniatura con fluidos, geles y elastómeros, ya que son mucho más flexibles que los fabricados con materiales rígidos, afirman los investigadores.
Fuente: Science Advances