Las estructuras submarinas que pueden cambiar dinámicamente sus formas, como hacen los peces, se desplazan por el agua con mucha más eficacia que las estructuras rógidas como son por ejemplo los cascos convencionales de los barcos.
Sin embargo, construir dispositivos deformables que puedan cambiar la curva de la forma de su cuerpo manteniendo un perfil liso es un proceso largo y difícil.
Y el problema es aún mayor para los robots acuáticos.
Por ejemplo, el robot acuático RoboTuna, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Estados Unidos, requirió para su fabricación unas tres mil piezas distintas y unos dos años de trabajo de diseño y montaje.
Ahora, un equipo integrado, entre otros, por Alfonso Parra Rubio, Michael Triantafyllou y Neil Gershenfeld, del MIT, ha ideado un enfoque innovador para construir robots subacuáticos deformables, utilizando subestructuras simples, todas iguales, en vez de piezas de muy diversos tipos.
El equipo ha demostrado el nuevo sistema en dos configuraciones distintas, una en forma de anguila y otra en forma de hidrodeslizador o acuaplano.
El principio en sí, sin embargo, permite variaciones prácticamente ilimitadas de forma y escala generales.
Los enfoques actuales de la robótica blanda para aplicaciones marinas suelen centrarse en robots pequeños, mientras que muchas aplicaciones prácticas, fuera del ámbito meramente experimental, requieren dispositivos con tamaños grandes.
El nuevo sistema modular que proponen los investigadores puede adaptarse fácilmente a esos tamaños grandes, sin requerir el tipo de rediseño que sería necesario para ampliar los sistemas actuales.
Fuente: MIT News