En las pruebas, el robot pudo nadar durante más de un día y a una velocidad de más de 1,5 veces su cuerpo por minuto contra la corriente.
Científicos de la Universidad de Cornell (Nueva York, EE. UU.) han creado un sistema circulatorio sintético que permite que un pez robot pueda nadar contra corriente durante más de media hora.
De momento, el equipo liderado por el ingeniero y experto en «robots blandos», máquinas ágiles que imitan a la naturaleza, Robert Shepherd lo ha implementado en un equipo inspirado en un pez león, pero aseguran que este mecanismo podría ser el futuro de robots más eficientes y autónomos en el futuro.
El sistema se basa en un líquido hidráulico que impulsa de forma mecánica y eléctrica al pez.
En las pruebas del sistema, el robot podía nadar contra una corriente y podía mover sus aletas pectorales, así como una cola a semejanza de un pez real.
Los hallazgos podrían conducir a un mejor almacenamiento de energía, eficiencia y autonomía en futuros diseños.
Generalmente, los robots suelen tener tareas muy específicas.
En el caso de desempeñar más de una, cada componente tiene su fuente de alimentación.
Por ejemplo, un material puede funcionar únicamente como batería, pero esto significa que la ampliación del sistema requiere paquetes de baterías adicionales, lo que aumenta el peso, y es posible que se requieran modificaciones para mantener el rendimiento del robot.
Una solución a este problema es usar baterías que cumplan diferentes funciones.
Shepherd y sus colegas identificaron que los fluidos hidráulicos utilizados en robots para la transmisión de fuerza también tienen el potencial de almacenamiento de energía.
Los autores crearon un sistema vascular sintético integrado en el pez robótico, hecho de baterías de celdas de flujo de yoduro de zinc interconectadas que contienen un electrolito líquido.
El líquido circula alrededor del robot, alimentando las bombas y la electrónica a bordo a través de reacciones electroquímicas.
Simultáneamente, el bombeo del líquido transmitió el trabajo mecánico a las aletas, permitiendo que el robot nadara.
En las pruebas, el robot pudo nadar durante largos períodos de tiempo (con un tiempo de funcionamiento teórico máximo de más de 36 horas) y a una velocidad de más de 1,5 cuerpos por minuto contra una corriente, lo que le otorga una autonomía bastante importante.
Fuente: ABC
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