Cristales de plástico para sustituir a los gases de efecto invernadero en los frigoríficos
Un equipo de ingenieros químicos de la Universidad de Deakin, en colaboración con colegas de la Universidad de Australia Occidental, la Universidad de Sydney y la Universidad de Monash, todas ellas en Australia, ha descubierto que un tipo de cristal de plástico puede utilizarse como refrigerante, sustituyendo posiblemente al gas de efecto invernadero que se utiliza actualmente en la mayoría de los frigoríficos.
El gas más utilizado en los frigoríficos modernos es el R-134a, un hidrofluorocarbono que ha sustituido en gran medida al freón.
Y aunque no contribuye a la degradación de la capa de ozono de la Tierra, es un gas de efecto invernadero y, por tanto, al filtrarse de los frigoríficos, contribuye al calentamiento global.
En este nuevo esfuerzo, los investigadores han encontrado un posible sustituto, uno que ni siquiera es un gas.
La idea implica el uso de “cristales de plástico“, llamados así porque una vez que crecen, sus moléculas pueden moverse en determinadas condiciones.
Investigaciones anteriores habían demostrado que, cuando se presurizan, las moléculas de los cristales iónicos orgánicos pasan de un estado desorganizado a una configuración ordenada en forma de rejilla.
Cuando se libera la presión, las moléculas vuelven a su estado desorganizado.
Más importante aún, cuando se presionan para que adopten un estado organizado, los cristales absorben calor, lo que enfría el aire que los rodea.
En su trabajo, los investigadores probaron varios tipos de cristales de este tipo para encontrar uno que enfriase de forma viable el aire que lo rodeaba cuando se comprime a temperatura ambiente.
Encontraron varios que eran capaces de extraer calor del aire a temperaturas que oscilaban entre -37 °C y 10 °C.
Para utilizar los cristales como refrigerante, los investigadores construyeron una cámara de compresión para comprimir los cristales y añadieron un ventilador para soplar el aire frío en el área que rodea al dispositivo.
Al apretar y descomprimir repetidamente los cristales, los investigadores descubrieron que funcionaban como un refrigerante limpio.
Reconocen que se requiere más trabajo debido a la cantidad extrema de presión necesaria para comprimir los cristales, lo que hace que sea una forma cara de enfriar una casa.
Fuente: Science
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