Escuchas una canción nueva, te gusta, te interesa, quieres volver a escucharla, te hace sentir bien.
Pero ¿qué ocurre antes? ¿La curiosidad que te ha despertado la canción ha hecho que te guste? ¿O cómo te ha gustado la canción has sentido curiosidad por ella?
Esta es la incógnita que el grupo de investigación en Cognición y Plasticidad Cerebral del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) en Hospitalet de Llobregat y la Universidad de Barcelona (UB) querían resolver a través de un gran experimento en vivo con la orquesta sinfónica de Milán.
Utilizando las mil personas del público como participantes del estudio, el experimento se enmarcó en las jornadas de divulgación científica de Milán que mezclan música y ciencia.
«Queríamos que la experiencia fuera en un entorno normal, en una sala de conciertos, donde los participantes escucharan música en directo de la mano de una gran orquesta, y no pequeños fragmentos de canciones grabadas como en el laboratorio«, indica el Dr. Antoni Rodríguez Fornells, jefe del grupo de investigación del IDIBELL y la UB.
De los mil asistentes al concierto, 727 decidieron participar en el experimento que el grupo de científicos planteaba.
Hacerlo era muy fácil, mientras la orquesta interpretaba «Fratres» de Arvo Pärt, una composición poco conocida para que la audiencia pudiera sentir curiosidad, lo único que tenían que hacer era indicar el grado de curiosidad o placer que estaban sintiendo en cada momento.
A través de una aplicación móvil, la mitad del auditorio evaluaba el placer que sentía y la otra mitad evaluaba la curiosidad.
Eran medidas en tiempo real, a través de una barra graduada (como un termómetro), que mostraban su interés y su placer en cada momento, según sintieran.
Los resultados mostraron que efectivamente había correlación temporal entre curiosidad y placer, primero una canción nos despierta curiosidad, y es ese interés lo que nos hace sentir placer al cabo de unos segundos.
Tras la pieza musical, el director de la orquesta Ruben Jais y la neurocientífica promotora del experimento Laura Ferreri, de la Universidad de Pavía, ofrecieron una charla divulgativa sobre neurociencia y música.
Durante la charla aprovecharon para explicar los distintos elementos que formaban la pieza que acababa de ser interpretada y el porqué de cada uno de ellos.
Para finalizar la jornada, la orquesta volvió a interpretar la pieza de Arvo Pärt, y se pidió a los asistentes que volvieran a evaluar su placer y su curiosidad.
Esta segunda vez, la curiosidad por la canción se mantenía, en cambio, el placer que se sentía al escucharla aumentó.
«Conocer la estructura de la canción y el porqué de ésta, hace que la aprecies más y que te acabe gustando más. Si conoces más del tema podrás disfrutar más«, asegura Gemma Cardona, investigadora del IDIBELL y la UB.
Para sorpresa de todos los asistentes, los investigadores presentaron los resultados preliminares obtenidos durante la primera interpretación de la pieza, lo que fue muy apreciado por la audiencia.
El Dr. Xim Cerdá, investigador de la Universidad Autónoma de Barcelona y el IDIBELL, asegura que “ha sido una gran experiencia que nos gustaría repetir en Cataluña.
Ahora toca analizar los resultados en profundidad para conocer más detalles sobre la evolución natural de la curiosidad y el placer que nos hacen sentir las canciones”.
Fuente: Idibell
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