Un grupo de científicos japoneses dicen tener la clave del auto eléctrico del futuro: así mejoran las baterías de estado sólido.
Las baterías de estado sólido se han convertido en la gran esperanza del carro eléctrico.
Todo lo que gira a su alrededor suena bien: autonomías de más de mil kilómetros, tiempos de carga ínfimos y una vida útil notable.
Pero, de momento, todo esto no dejan de ser promesas y predicciones.
Los avances y desarrollos siguen adelante y Toyota ha prometido que tendrá esta tecnología en la calle antes de que termine la década.
El mismo camino quiere seguir Nissan y la compañía china Ganfeng Lithium asegura que ya está produciendo en masa una primera generación de este tipo de acumuladores de energía.
Como paso intermedio, NIO ha demostrado que con una batería de estado semisólido ya se pueden conseguir viajes de un millar de kilómetros.
Es un primer acercamiento, pues queda comprobar cuánto costarán estas baterías producidas en masa una vez entren a formar parte de la línea de montaje y su vida útil.
Para dar un impulso a una de las grandes promesas, científicos japoneses han hecho un importante avance para garantizar una mayor vida útil.
Para que una batería sea más segura y útil a largo plazo, la estabilidad de sus compuestos es clave.
Y en las baterías de estado sólido, todavía queda camino por recorrer.
Hasta ahora, uno de sus principales problemas era, efectivamente, este.
Las baterías de estado sólido sufren especialmente con las dendritas, el crecimiento de pequeñas estructuras que se extienden entre los electrodos y que, con el paso del tiempo, pueden producir cortocircuitos.
En el fondo, las dendritas son iones de litio que pueden quedar atrapados y acumularse en la superficie del ánodo cundo se descarga la batería.
El material conseguido ofrece una alta capacidad para insertar y extraer de él una gran cantidad de iones de litio sin sufrir grandes transformaciones o cambios en su volumen.
La capacidad de descargar la mayor cantidad posible de iones de litio es, como hemos visto, básico para aumentar la vida útil de la batería.
El hallazgo alimenta aún más la esperanza de contar con mejores acumuladores de energía en el futuro.
“Anticipamos que un material verdaderamente invariable dimensionalmente, uno que retenga su volumen en el ciclo electroquímico, podría desarrollarse optimizando aún más la composición química del electrolito“.
Fuente: Nature Materials
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