Aunque la mayoría de los materiales se expanden ligeramente cuando son calentados, existe una nueva clase de material, parecido en algunos aspectos a la goma, que no solo se estira cuando se enfría; también hace que un objeto hecho de él recupere su forma exacta original al ser calentado, todo ello sin manipulación física.
No hay límite al número de veces que el material puede cambiar de forma.
El material es como un polímero con memoria de forma porque puede oscilar entre dos formas distintas.
Sin embargo, a diferencia de otros polímeros con memoria de forma, el material no necesita ser programado para cada ciclo.
Cambia entre una y otra forma repetidamente, sin fuerzas externas, simplemente al ser enfriado y calentado.
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Las fuerzas de cristalización internas son lo bastante fuertes para estirar el material a lo largo de una dirección.
Una vez enfriado por debajo de los 50 grados centígrados, se produce una reorganización en una red de cadenas poliméricas que hace aumentar la longitud del material en más de un 15 por ciento.
Anthamatten prevé que el material sea de gran utilidad para aplicaciones en las que se necesiten cambios de forma reversibles durante la actividad de un dispositivo, en campos como la biotecnología, los músculos artificiales y la robótica.
Fuente: Noticias de la Ciencia