El Senseable City Lab del MIT ha desarrollado una herramienta de código abierto llamada Flatburn que permite a las personas medir la calidad del aire de forma económica y sencilla.
La contaminación del aire es uno de los mayores problemas de salud pública, causando más de cuatro millones de muertes prematuras en todo el mundo cada año, según la Organización Mundial de la Salud.
El equipo del MIT ha creado un detector móvil de bajo costo que se puede imprimir en 3D o fabricar con piezas económicas.
El detector ha sido probado y calibrado en relación con las máquinas de última generación existentes, y los datos de construcción, uso e interpretación están disponibles para el público.
El dispositivo es parte de un proyecto más grande conocido como City Scanner, que utiliza dispositivos móviles para comprender mejor la vida urbana.
El objetivo del proyecto es permitir que grupos comunitarios y ciudadanos individuales midan la contaminación del aire local, identifiquen sus fuentes y creen circuitos de retroalimentación con funcionarios y partes interesadas para crear condiciones más limpias.
Con el lanzamiento de Flatburn de código abierto, se espera que los grupos de base, así como las comunidades en países menos desarrollados, sigan el enfoque y desarrollen y compartan conocimientos.
Los investigadores han utilizado los detectores móviles para recopilar 1,6 millones de puntos de datos durante cuatro semanas en Nueva York y el área de Boston, y han trabajado con funcionarios estatales para comparar los resultados.
Los detectores miden concentraciones de partículas finas y dióxido de nitrógeno, en un área de unos 10 metros.
Los detectores móviles estimaron concentraciones algo más bajas de partículas finas que los dispositivos que ya estaban en uso, pero con una correlación lo suficientemente fuerte como para que, con ajustes para las condiciones climáticas y otros factores, los dispositivos Flatburn puedan producir resultados confiables.
Los investigadores encontraron que usar las unidades en un entorno móvil, encima de los automóviles, significa que actualmente tendrán una vida útil de seis meses.
También identificaron una serie de problemas potenciales con los que las personas tendrán que lidiar cuando utilicen los detectores Flatburn en general.
Estos incluyen lo que el equipo de investigación llama “deriva“, el cambio gradual de las lecturas del detector a lo largo del tiempo, así como el “envejecimiento“, el deterioro más fundamental en la condición física de una unidad.
Fuente: MIT News
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