Científicos han ideado un sistema que podría permitir programas de aprendizaje artificial (una modalidad de inteligencia artificial) decenas de veces más potentes que el software en el que se basa ChatGPT.
El nuevo sistema podría además lograr un espectacular ahorro energético, al usar tan solo una centésima parte o menos de la energía gastada por los computadores en los que actualmente se ejecutan los programas de aprendizaje automático.
El logro es obra del equipo de Zaijun Chen, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Estados Unidos.
Chen y sus colegas han llevado a cabo la primera demostración experimental del nuevo sistema, que realiza sus cálculos basándose en el movimiento de la luz (fotones), en vez de en el de la electricidad (electrones).
Para ello, el sistema utiliza cientos de láseres de tamaño micrométrico.
Con el nuevo sistema, el equipo ha contabilizado una mejora de más de 100 veces en la eficiencia energética y una mejora de 25 veces en la densidad informática (una medida de la potencia de computación de un sistema) por encima de los mejores computadores que son usados para el aprendizaje automático.
Chen y sus colegas creen que su sistema aún puede ser mejorado mucho más, concretamente hasta una mejora de varios órdenes de magnitud.
Se abre, por tanto, un camino hacia los procesadores optoelectrónicos a gran escala, que acelerarán el aprendizaje automático y permitirán que la inteligencia artificial dependa menos de los grandes centros de cálculo y se vuelva más descentralizada.
En otras palabras, los teléfonos móviles y otros dispositivos pequeños podrían llegar a ser capaces de ejecutar por sí mismos programas de inteligencia artificial que actualmente solo pueden ejecutarse en grandes centros de cálculo, a los cuales se envía automáticamente la pregunta y desde los cuales se envía la respuesta al usuario, también automáticamente.
Otra ventaja del nuevo sistema es que sus componentes físicos se pueden crear utilizando procesos de fabricación que ya se emplean en la actualidad.
Por ejemplo, los conjuntos de láseres usados por el sistema se utilizan ampliamente en la identificación facial que se realiza mediante teléfonos móviles.
Debido a ello, Chen y sus colegas esperan que el nuevo sistema, una vez perfeccionado y adaptado al mercado, sea lanzado comercialmente en un futuro cercano, concretamente dentro de unos pocos años.
Fuente: Nature