No es probable que, aunque muchos lo afirmen, la mente pueda salir del cuerpo.
Así lo creen los Cientíticos del Instituto Karolinska, situado en Estocolmo (Suecia), que a través de una serie de pruebas han conseguido establecer la ilusión de una experiencia extracorpórea.
Todo ello se realiza a través del estudio preciso de las áreas del cerebro que construyen la percepción del yo y su ubicación en el espacio.
Esto es simplemente una construcción neuroquímica surgida en nuestro córtex, y este procedimiento puede ser recreado.
Exactamente del mismo modo que se construyen las realidades alternativas en las novelas de Philip K. Dick.
Para construir esta percepción, los participantes en el experimento fueron situados en un escáner cerebral.
Allí recrearon ilusiones, ficciones, para hacer parecer perceptivamente que los participantes podían teleportarse a otro lugar.
Establecían patrones en el escáner por el cual se mostraban las zonas del cerebro que activaban y se apagaban dependiendo de la ilusión.
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Según Arvid Guterstam, autor principal de este estudio, afirma que «en apenas segundos, el cerebro mezcla la sensación táctil y visual desde una perspectiva nueva, creándose una ilusión».
Para mucha gente esta sensación de estar en el espacio es tan natural que no la cuestionan.
Es una construcción del cerebro a través de diversas tareas que conlleva una integración constante de todos los sentidos; un trabajo de ingeniería química y física que sorprende a los investigadores.
Los ganadores del premio Nobel 2014 en fisiología lo probaron al detectar las zonas cerebrales que se activaban en los ratones en un espacio.
El estudio de Karolinska, publicado en «Current Biology», ha demostrado este funcionamiento en los hombres.
Para Henrik Ehrsson, profesor del Departamento de neurociencia del Instituto, «este descubrimiento es realmente interesante porque nos indica que las células de ubicación no están solo implicadas en la codificación de la navegación o la memoria, sino también en la generación del espacio».
Fuente: ABC