Si la vida es abundante en el universo, el metano atmosférico podría ser la primera señal de vida extraterrestre detectable por los astrónomos.
Aunque hay procesos no biológicos que pueden generar metano, en un nuevo estudio se ha determinado en qué circunstancias la presencia de metano en la atmósfera de un planeta rocoso, como lo son Marte, Venus o la Tierra, podría atribuirse, con un alto nivel de probabilidad, a la actividad biológica.
Esto es especialmente digno de mención porque el metano es uno de los pocos signos potenciales de vida, o “bioseñales“, que podrán ser fácilmente detectables con el telescopio espacial James Webb (JWST), que comenzará sus observaciones pronto.
A menudo se habla del oxígeno como una de las mejores bioseñales, pero probablemente será difícil de detectar con el JWST, tal como razona Maggie Thompson, de la Universidad de California en Santa Cruz, Estados Unidos, y miembro del equipo de investigación.
En el estudio se examinó una amplia gama de fuentes no biológicas de metano y se evaluó su potencial para mantener una atmósfera rica en metano.
Entre ellas, se encuentran los volcanes; las reacciones en entornos como las dorsales oceánicas, las fumarolas hidrotermales y las zonas de subducción tectónica; así como los impactos de cometas o asteroides.
Los argumentos a favor del metano como bioseñal se basan en su inestabilidad en la atmósfera.
Dado que las reacciones fotoquímicas destruyen el metano atmosférico, este debe reponerse constantemente para mantener niveles elevados.
Si se detecta una gran cantidad de metano en la atmósfera de un planeta rocoso, normalmente se necesita una fuente masiva para explicarlo, tal como argumenta Joshua Krissansen-Totton, de la Universidad de California en Santa Cruz y miembro del equipo de investigación.
“Sabemos que la actividad biológica crea grandes cantidades de metano en la Tierra, y probablemente también lo hacía en la Tierra primitiva porque producir metano es algo bastante fácil de hacer metabólicamente“, explica Krissansen-Totton.
Sin embargo, las fuentes no biológicas no podrían producir tanto metano sin generar también pistas observables sobre su origen.
Las emanaciones de los volcanes, por ejemplo, añadirían tanto metano como monóxido de carbono a la atmósfera, mientras que la actividad biológica tiende a consumir fácilmente el monóxido de carbono.
Los investigadores descubrieron que los procesos no biológicos no pueden producir fácilmente atmósferas de planetas habitables ricas en metano y dióxido de carbono y con poco o ningún monóxido de carbono.
El estudio se titula “The case and context for atmospheric methane as an exoplanet biosignature”. Y se ha publicado en la revista académica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Fuente: PNAS