Hay algunas personas que pese a superar los 80 años de edad siguen teniendo una memoria tan buena como la de gente mucho más joven. ¿Por qué?
Una investigación ha encontrado que esos ancianos de mente prodigiosa tienen algo en común en sus cerebros.
El estudio lo ha llevado a cabo el equipo de Tamar Gefen y Caren Nassif, de la Escuela Feinberg de Medicina en la Universidad del Noroeste, Estados Unidos.
Para entender cómo y por qué puede haber gente tan resistente a la pérdida de memoria que es tan típica de la edad avanzada, es importante investigar a fondo los cerebros de tales ancianos con memoria extraordinaria y compararlos con los de otros sin esa cualidad, algo que solo puede hacerse cuando han fallecido.
Gracias a las personas que dejaron encargado que al morir sus cerebros fuesen donados a la ciencia, Gefen y sus colegas pudieron examinar los cerebros de seis ancianos con memoria prodigiosa, siete ancianos con el nivel cognitivo normal para su edad, seis individuos jóvenes y cinco individuos en las fases iniciales de la enfermedad de Alzheimer.
Luego midieron el tamaño de las neuronas en la segunda capa de la corteza entorrinal del cerebro.
También midieron la presencia de marañas tau, un sello distintivo de la enfermedad de Alzheimer.
Los autores del estudio examinaron la corteza entorrinal porque ejerce funciones de control de la memoria y es una de las primeras ubicaciones en las que surgen los daños típicos de la enfermedad de Alzheimer.
La corteza entorrinal alberga seis capas de neuronas superpuestas.
La capa II, en particular, recibe información de otros centros de memoria y es un centro de interconexiones crucial para toda la “circuitería” de memoria del cerebro.
Por razones que aún se desconocen, las poblaciones celulares de la corteza entorrinal son especialmente vulnerables a la formación de marañas tau durante el envejecimiento normal y en las primeras fases de la enfermedad de Alzheimer.
Gefen y sus colegas han descubierto que las neuronas de esa región clave para la memoria eran significativamente más grandes en las personas con una memoria prodigiosa en comparación con las de gente de su franja de edad con el deterioro normal propio de dicha edad, individuos con enfermedad de Alzheimer en fase inicial e incluso individuos sanos y varias décadas más jóvenes que los ancianos con memoria prodigiosa.
Además, estas “superneuronas” no albergaban marañas tau.
El hecho de que los ancianos con memoria prodigiosa tengan neuronas más grandes que las de gente sana más joven puede implicar que ya nacieron con algún tipo de ventaja neurológica y que la conservaron a lo largo de sus vidas.
Fuente: Journal of Neuroscience
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