Siempre ha habido mucha discusión sobre el papel del frío en los resfriados. Ahora, científicos tienen nuevas respuestas que se relacionan con una primera línea de defensa ubicada en la nariz.
Todos hemos escuchado alguna vez el típico consejo de madres y abuelas: “Llévate una chaquetica, por si refresca”.
El objetivo lógico de esta recomendación es evitar la incomodidad del frío, pero también prevenir posibles infecciones respiratorias.
Existe una gran creencia de que caminar descalzo, salir a la calle con el pelo mojado o, en general, realizar cualquier actividad que nos exponga al frío puede provocarnos resfriados en el mejor de los casos.
Sin embargo, durante años los científicos han intentado desmentir este mito, explicando que son los microbios los que nos enferman.
En el caso de estas infecciones, lo hacen generalmente virus, como el rinovirus.
Ahora bien, si esto es así, ¿por qué hay muchos más casos de resfriados, gripe o incluso COVID-19 en invierno?
Existen varias hipótesis al respecto.
Por un lado, cuando hace frío pasamos más tiempo en lugares cerrados.
Y esto, como hemos visto y seguimos viendo con la pandemia de COVID-19, aumenta mucho más las posibilidades de contagio.
Además, las vías respiratorias suelen estar más irritadas, facilitando la entrada de los microbios causantes de enfermedades como el resfriado o la gripe.
Todo eso sin olvidar que muchos de estos microorganismos sobreviven mejor en el ambiente a unas condiciones de temperatura más frías.
Pero eso no es todo.
Ahora, un equipo de científicos de las Universidades de Harvard y Northeastern, ha arrojado otra hipótesis en la que se incluye la debilidad de la primera línea de defensa de nuestro sistema inmunitario.
Aunque existen diferentes vías de entrada al organismo de los virus respiratorios, una de las más importantes es la nariz.
Por eso, es precisamente ahí donde se encuentra la primera barrera de defensa contra ellos.
De hecho, este es el motivo por el que se están estudiando vacunas nasales contra el COVID-19.
Estas atacarían al virus justo desde la entrada, reduciendo muchísimo sus oportunidades de multiplicarse. Pero esa es otra historia.
Volviendo al resfriado y el resto de virus respiratorios, cuando estos penetran en las mucosas nasales, se liberan algo conocido como enjambres de vesículas extracelulares.
Este tipo de vesículas tienen multitud de funciones en el organismo, no todas son defensivas.
No obstante, en este caso sí que se encargan de rodear y atacar las partículas virales antes de que se adentren aún más en el organismo.
Esto ocurre especialmente con un coronavirus y dos rinovirus, todos ellos causantes de resfriados.
Y llega el momento de la verdad: ¿qué tiene que ver todo esto con el frío?
En el estudio sus autores comprobaron que cuando un grupo de voluntarios sanos se expuso a temperaturas de 4,4 °C durante 15 minutos, la temperatura interna de su nariz se redujo 5 °C.
A continuación, utilizaron un modelo que simulaba el tejido de la nariz y lo sometieron a esa variación de temperatura, para comprobar si se producían efectos destacables sobre los enjambres antes mencionados.
Y así fue, ya que la cantidad de vesículas extracelulares liberadas se redujo en un 42%.
Además, incluso las que se liberaron tenían algunas de sus proteínas antivirales deterioradas.
En definitiva, el frío abre un colador en la defensa de la nariz frente a los virus respiratorios.
¿Significa esto que era mentira eso de que el frío no nos enferma? En realidad no.
Si paseamos por casa con el pelo mojado y los pies descalzos, puede que pasemos frío, pero si estamos solos, sin nadie que nos pueda contagiar, eso no nos hará enfermar.
Del mismo modo, si salimos sin la chaquetica y refresca, pero no nos exponemos a nadie enfermo, tampoco nos resfriaremos.
Los protagonistas aquí siguen siendo los virus respiratorios.
Pero parece que el frío sí que les echa una mano para que hagan de las suyas.