El material está compuesto de esferas metálicas huecas que soportan el calibre .50.
Científicos de la Universidad Estatal de Carolina del Norte (NCSU) han ideado un material ligero como la espuma pero tan resistente que puede aguantar el impacto de un calibre .50, el tipo de balas que llevan las ametralladoras pesadas o los rifles de los francotiradores.
Se trata de tejido construido con esferas metálicas huecas que pesa solo la mitad de la armadura de acero convencional.
Llamado espuma de metal compuesto (CMF), protege con la misma eficacia contra estos proyectiles mortales, incluso cuando se prueba contra balística perforadora de armaduras.
«La armadura de CMF tenía menos de la mitad del peso de la armadura de acero necesaria para lograr el mismo nivel de protección», afirma la ingeniera y científica de materiales Afsaneh Rabiei de la NCSU.
«En otras palabras, pudimos lograr importantes ahorros de peso, lo que beneficia el rendimiento de los vehículos antibalas y la eficiencia del combustible, pero sin sacrificar la protección».
El desarrollo de este material, del que se acaba de publicar un artículo en la revista «Composite Structures», ha costado 15 años, y se fabrica a partir de metales como el aluminio y el acero, que están llenos de bolsas de aire huecas, así como otros tipos de espuma.
En investigaciones anteriores, el equipo de Rabiei ya había demostrado que el CMF podía parar balas de tamaño mediano, proteger de explosiones moderadas y severas además de proteger contra el fuego, el calor y varios tipos de rayos y radiación.
En el nuevo trabajo, los investigadores querían ver cómo CMF se enfrentaría a la fuerza mortal de las rondas de calibre .50, uno de los tipos más grandes de balas usadas comúnmente en ametralladoras convencionales y rifles de largo alcance.
Sus experimentos consistieron en disparar bolas y rondas calibre .50 en el CMF, a velocidades de 500 metros por segundo hasta 885 metros por segundo.
En las pruebas, el CMF actuó como un núcleo activo en la armadura, cubierto por una placa frontal de cerámica en la parte delantera, con una placa posterior delgada de aluminio.
Los resultados mostraron que la capa CMF puede absorber entre el 72% y el 75% de la energía cinética de las rondas de bolas, y entre el 68% y el 78% en el caso de las balas de perforación de armaduras.
Además, impidió la penetración de proyectiles a velocidades de hasta 819 metros por segundo.
Aún con todo, los investigadores afirman que todavía hay espacio para mejorar el material.
«Por ejemplo, nos gustaría optimizar la adherencia y el grosor de las capas de cerámica, CMF y aluminio, lo que puede llevar a un peso total aún menor y una mayor eficiencia de la armadura final», explican.
Fuente: ABC
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