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Esta imagen tiene 140.000 megapixeles y fue tomada en 1848

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Un daguerrotipo que hicieron Charles Fontayne y William Porter en 1848 en Cincinnati (Ohio) alcanza una resolución superior a la de cualquier cámara actual: 140.000 Mp. El nivel de detalle es impresionante.

No se podía ampliar ni reducir, por lo que tiene el tamaño de la placa sensible que se podía meter en la cámara que utilizaron.

Y a pesar de todos los problemas, la calidad que consiguieron sorprende cuando la vemos escaneada.

El daguerrotipo se presentó al mundo en 1839, el 19 de agosto de aquel año.

Fue el primer proceso libre de patentes para fijar la realidad.

Era costoso, difícil y peligroso. A cambio, conseguías unos resultados asombrosos.

Gracias a la liberación de la patente, el invento llegó a prácticamente todo el mundo y lograron mejorar rápidamente la técnica para mejorar los resultados y sobre todo reducir los tiempos de exposición.

Las claves de su calidad y nitidez son dos:

La superficie sensible era una placa de cobre pulida y recubierta de plata que se pule de nuevo hasta convertirla en un espejo.

Luego se hace sensible a la luz con vapores de yodo.

Una vez expuesta, se revela con los peligrosos vapores de mercurio.

La nitidez sería impensable sin los objetivos.

Al principio solo tenían sencillas lentes de menisco con diafragmas cerrados.

Pero en apenas dos años, llegaron los objetivos Petzval.

Estos objetivos, fabricados por Voigtländer, tenían dos conjuntos de lentes dobles que corregían diversos problemas ópticos, como la aberración cromática y la distorsión.

Además, era 16 veces más luminoso que los objetivos presentados en 1839.

Otro punto a su favor es que el daguerrotipo era una copia única.

El resultado es un positivo, por lo que no tiene que ser positivado.

No tenía que pasar por otro proceso.

Estaban obligados a hacer placas de gran tamaño para que se vieran bien, y esto repercutía en la calidad final.

Aunque el proceso estaba liberado por el gobierno francés, las máquinas solo las podían hacer aquellos que firmaron con Daguerre.

Así que las cámaras oficiales de la daguerrotipia, que apenas duró en el mercado (1839-1855), eran las Giroux y las de los hermanos Susse.

Un equipo completo costaba, aproximadamente, tres sueldos medios.

Cuando todo se hacía bien, la calidad final era impresionante.

Charles Fontayne y William Porter fotografiaron el paseo fluvial de Cincinnati (Ohio) con 8 placas de daguerrotipo.

Una panorámica que muestra los más de 3 km del paseo, que podemos ver completo aquí.

Gracias a la restauración y a la calidad del escaneado de las copias, se dieron cuenta de que podían ampliar esta fotografía a 400×50 cm, lo que equivale a una cámara de 140.000 Mp.

Una auténtica barbaridad hoy en día. Y por supuesto, con una nitidez perfecta, donde se puede ver hasta el último detalle.

Esta fotografía saltó a la palestra en 1985.

Se colgó en una exposición en la que se vio el mal estado en el que se encontraba.

Tras un acuerdo con la George Eastman House, empezó su restauración.

Enseguida vieron que era imposible restaurar el original, así que decidieron digitalizarlo y generaron un archivo de 7 GB que se restauró concienzudamente.

La luz, el tiempo largo de exposición, y ese diafragma cerrado permite ver con detalle todos los carteles publicitarios, convertir el agua en un espejo y hacer desaparecer a todo el mundo hasta convertirla en una ciudad desierta.

El daguerrotipo aguantó muy poco en el mercado por las dificultades que acarreaba, por sus altos costos y porque no permitía la multiplicidad de copias.

Pero es uno de los procesos de más calidad que se han fabricado nunca.

Fuente: Xataca

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