El nuevo termómetro que ha desarrollado un equipo de físicos del Instituto de Fotónica y Detección Avanzada de la Universidad de Adelaida, en Australia, es tres veces más sensible que el más avanzado construido hasta la fecha.
Según indican en un estudio publicado en la revista Physical Review Letters, con este instrumento han sido capaces de medir temperaturas con una precisión de 30.000 millonésimas de grado en un segundo.
“Creemos que es el mejor registro obtenido en toda la historia a temperatura ambiente”, indica el profesor de Física experimental Andre Luiten, que ha coordinado el ensayo.
Este matiza que es posible incluso hacer mediciones más certeras en un entorno criogénico, próximo al cero absoluto (-273,15 ºC).
Estos expertos destacan que la herramienta, que utiliza la luz para determinar la temperatura, es tan potente que permite observar las fluctuaciones de la materia, cuya estructura íntima se encuentra siempre en movimiento a escala microscópica.
El ingenio inserta dos haces de luz, uno rojo y otro verde, en un disco cristalino muy pulido.
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“Cuando lo calentamos, la luz roja se ralentiza ligeramente respecto a la verde”, explica Luiten.
“Si obligamos a la luz a circular miles de veces alrededor del borde del disco, podemos medir con gran precisión esas mínimas diferencias”.
En esencia, esta técnica podría ajustarse para determinar la presión o la humedad, e incluso emplearse para detectar la presencia de determinados compuestos químicos.
“Esta versatilidad podría revolucionar numerosas tecnologías con aplicaciones médicas o industriales”, destaca Luiten.
Fuente: Muy Interesante