La Universidad de Monash y el Real Instituto de Tecnología de Melbourne (RMIT) han desarrollado en conjunto unas gafas de realidad aumentada con inteligencia artificial que prometen ser capaces de detectar y reconocer señales emocionales para virtualizarlas en un entorno de realidad aumentada.
El prototipo recibe el nombre de Neo-Noumena y se basa en distintas señales del cerebro para tratar de reconocer las emociones de la persona.
Funcionan como una herramienta para usar en conjunto con otra persona, con el fin de ayudar a ambas a comprender y gestionar mejor sus emociones.
Neo-Noumena es un dispositivo de realidad aumentada que utiliza inteligencia artificial para tratar de mejorar la comunicación emocional cara a cara.
En otras palabras, son unas gafas que nos permiten “ver” las emociones de la persona que tenemos delante.
Aunque suene a película de ciencia a ficción, el planteamiento de los investigadores tiene bastante sentido.
Las gafas analizan las distintas señales del cerebro a través de mecanismos como electroencefalograma (EEG), mandando este feedback neural a un programa que lo categoriza y envía la correspondiente respuesta a las gafas.
Se establecen cuatro señales visuales para los estados de ánimo, vinculados a cuatro fractales distintos.
Actualmente hay una falta de investigación que apoya la comunicación emocional cara a cara en contextos cotidianos.
Mediante el uso de tecnologías avanzadas como la IA, la realidad aumentada, la electroencefalografía móvil (EEG) y la realidad mixta, somos capaces de evaluar las emociones neurogénicas en tiempo real y mostrar este contenido digital en un espacio físico.
De este modo, cuando estamos delante de otra persona con el mismo dispositivo, podemos “ver su estado de ánimo”, representado con dicho fractal.
Es una forma algo generalista de representar las emociones, pero hemos de apuntar que Neo-Noumena es un prototipo y que pretende dar los primeros pasos en este campo.
Las pruebas de estas gafas se hicieron como parte de un pequeño estudio con una muestra de 10 personas.
Según los investigadores, al utilizar esta tecnología hubo un aumento significativo en la capacidad de regular las emociones de aquellos con los que estaban interactuando, así como una mejora a la hora de comprender las emociones del resto de participantes.
La muestra era muy pequeña y el prototipo necesita aún recorrido, pero es una interesante muestra de hasta dónde puede llegar la realidad aumentada, virtualizando lo que pasa por el cerebro.
Fuente: Xataca