Los smartphones más ambiciosos de Google ya están con nosotros, y lo hacen con una renovación que vuelve a poner el foco en la fotografía.
Google parece estar de lo más contenta con el diseño de sus actuales Pixel, porque desde que diera el salto de los Pixel 5 a los Pixel 6, el acabado y formas de estos teléfonos no ha cambiado demasiado.
Estamos ante un diseño que mantiene la singular banda para el módulo de cámaras traseras y que solo tiene un detalle diferencial en el caso de los Pixel 8 Pro: los tres sensores están juntos, cuando el año pasado el Google Pixel 7 Pro “separaba” el telefoto del principal y el ultra gran angular en ese módulo.
La pantalla elegida es un nuevo panel Super Actua pOLED de 6,7 pulgadas que cuenta con una resolución 2K y se presenta como la “más brillante hasta la fecha” con hasta 2.400 nits.
La tasa de refresco adaptativa que puede oscilar entre los 10 y los 120 Hz.
Llegan los nuevos procesadores Google Tensor G3, una evolución dirigida a ofrecer más potencia y eficiencia.
El foco vuelve a ser un año más el procesamiento de tareas de inteligencia artificial, algo que cobra especial relevancia con el nuevo Editor Mágico.
Mantiene el coprocesador Titan M2 del año pasado, y viene acompañado en este modelo de 12 GB de memoria RAM y una capacidad de almacenamiento que parte otra vez de los 128 GB.
La batería también se mantiene con esos 5.050 mAh pero la carga rápida se acelera para llegar a los 45 W.
Mientras, la conectividad avanza con el soporte de Wi-Fi 7 y Bluetooth 5.4.
También repetimos con el sensor de huella bajo pantalla y el sistema de reconocimiento facial que debutó el año pasado y que sigue dependiendo del sensor frontal.
Los Pixel 8 Pro cuentan con un sensor de temperatura que es compatible con la app de Fitbit y que plantean una interesante opción de termómetro que hasta ahora habíamos visto solo en relojes inteligentes como el nuevo Pixel Watch 2.
Viene con Android 14, y en Google aseguran nada menos que siete años de actualizaciones de sistema.
El dato es espectacular si tenemos en cuenta que hasta ahora ofrecían tres años de actualizaciones de sistema y cinco de actualizaciones de seguridad.
Si por algo han destacado los Pixel desde sus inicios es por su fantástico comportamiento en el terreno de la fotografía móvil.
El módulo de cámaras vuelve a combinar tres objetivos: el sensor principal de 50 Mpixeles, el ultra gran angular de 48 Mpixeles (el año pasado era de 12) y el teleobjetivo de 48 Mpixeles.
Este último vuelve a ofrecer zoom óptico 5x y zoom híbrido, llamado Super Res Zoom, 30x.
El sensor de la cámara frontal tiene una resolución de 10,5 Mpixeles, siendo ligeramente distinto al de los Pixel 7 Pro.
Esos sensores serán responsables de hacer la mitad del trabajo en materia fotográfica.
La otra parte la va a hacer el sistema de fotografía computacional de Google, que durante años ha sido la envidia de sus competidores y que este año se vuelve, sobre todo, efectista.
La razón es el protagonismo del nuevo Editor Mágico.
Las opciones que plantea este editor son realmente llamativas.
Para empezar, ‘Best take’ (“Mejor Toma”), un sistema que toma una ráfaga de fotos y que luego permite cambiar partes de una foto de la ráfaga por partes de otra.
El ejemplo obvio son las fotos de grupo para las que esta función se destapa: en una foto puede salir alguien con los ojos cerrados y en otra con una expresión extraña, pero en Google permiten quitar y poner caras de la ráfaga de unas fotos a otras para “construir” la foto perfecta.
No solo podremos eliminar cosas que no nos gusten de la foto, un cubo de basura aquí, un grupo de personas allá, sino que podremos reposicionar el foco de la foto, ¿que no estás centrado? no hay problema, y, además, cambiar incluso la iluminación y entorno en el que se tomó.
Esa foto en la playa un poco tristona se puede convertir en una maravillosa puesta de sol. Aunque sea mentira.
Es quizás una peligrosa apuesta de Google que aprovecha la capacidad de la IA generativa para ir más allá de lo que sería una comprensible y razonable corrección de errores.
Aquí, afortunadamente, es el usuario el que acabará decidiendo si quiere transformar esa realidad o mantener las fotos como se tomaron.
Esa entrada de la IA generativa en el ámbito fotográfico de los Pixel 8 viene complementada por un apartado que los entusiastas de la fotografía (la de siempre) agradecerán: un modo Pro que permite acceder a opciones avanzadas en la toma de fotografía como el cambio de la velocidad de obturación o el enfoque.
Esas mejoras en el procesado computacional se aplican también a los vídeos:
La opción “Video Boost” permite mejorar la calidad del video (exposición, color, estabilización), mientras que Night Sight permite captar mejor los videos en condiciones de baja luminosidad.
El llamado Audio Magic Eraser es algo así como el borrador mágico de este apartado, y es capaz de eliminar molestos ruidos de fondo durante las grabaciones de video.
Se ofrecerá en tres colores: celeste, obsidiana y porcelana, siendo su precio oficial para el modelo de 12/128GB de 1.099 euros.
El modelo con 256GB sube a 1.159 euros mientras que el modelo con 512GB alcanza los 1.299 euros.
Fuente: Hipertextual