El 15 de julio de 1799 Pierre-François Bouchard descubrió la Piedra de Rosetta, una piedra de 760 kilos que, en pocas palabras, es un traductor de jeroglíficos egipcios-escritura demótica-griego antiguo.
Fue una de las claves para descifrar los, a priori, incomprensibles jeroglíficos egipcios.
Ahora la piedra está expuesta en el Museo Británico de Londres y no es necesaria para comprender lo que los antiguos egipcios nos querían decir.
De hecho, Google tiene una inteligencia artificial capaz de hacerlo por sí misma.
Se trata de Fabricius, una nueva herramienta integrada dentro de Google Arts & Culture que, según Google, es capaz de identificar unos mil jeroglíficos gracias a una red neuronal.
Fabricius lleva el nombre de George Fabricius, considerado el padre de la epigrafía (el estudio de las inscripciones antiguas).
La idea de Google no solo es ayudar a los usuarios a saber más sobre este sistema de escritura, sino dejarnos traducir nuestro propio texto a estos curiosos símbolos.
El primer paso para comprender los jeroglíficos fue crear copias exactas de los mismos dibujándolos.
Es lo que se conoce como un facsímil (imitación o reproducción exacta de un libro, escrito, dibujar, firma, etc.).
Desde Google explican que, dado que muchos jeroglíficos son muy parecidos, los investigadores deben dibujarlos de la forma más precisa posible para poder traducirlos a posteriori.
En la web de Fabricius hay un pequeño minijuego que permite dibujar nuestros propios jeroglíficos y comprobar si el modelo de Google es capaz de reconocerlos.
A lo largo del mismo, Google va explicando datos curiosos sobre los jeroglíficos y, además, permite conocer el significado de algunos, algo útil de cara a la fase final del minijuego.
Dicho lo cual, con la herramienta se pueden hacer dos cosas.
La primera, más para profesionales, es subir una imagen con jeroglícos para que el modelo los reconozca y pueda ayudar a conocer su significado.
Puede probarlo por si mismo accediendo a este enlace. Es completamente gratuito.
La segunda es escribir nuestro propio texto y obtener la traducción en jeroglíficos.
Desde Google advierten que es una herramienta de diversión y que las traducciones pueden no ser totalmente precisas.
Solo funciona en inglés y arábico.
Si escribimos “welcome baby!”, por ejemplo, el sistema nos devolverá un buen puñado de jeroglíficos que, realmente, significan “bebé en los brazos de una madre”.
Si pasamos el puntero sobre los jeroglíficos, Google nos dirá a qué palabras hace referencia cada símbolo/s.
En la BBC se hacen eco de las palabras del Dr. Roland Enmarch, un profesor titular de Egiptología de la Universidad de Liverpool.
Este asegura que esta IA todavía no es capaz de sustituir a un profesional, ya que los jeroglíficos cambian mucho con el tiempo y varían en función de los talladores o pintores.
Con todo, reconoce que “esto es un paso en el camino”.
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