Entre las novedades está el nuevo diseño con módulo cuadrado de cámaras y sin notch, pero destaca la nueva tecnología avanzada de reconocimiento facial y de gestos y también una nueva pantalla OLED con frecuencia de refresco 90 Hz que promete una interfaz especialmente suave y rápida.
El salto desde los Pixel 3/XL del año pasado es notable en algunos apartados, y se nota por ejemplo en el procesador, que aunque no es el más reciente Snapdragon 855+ sí que representa una mejora con un Snapdragon 855 que ya lleva unos meses con nosotros y que ofrece una potencia destacable.
Además esa mejora que se ve ayudada por el Pixel Neural Core que sustituye el Visual Core y que impulsa el ámbito de la fotografía computacional que Google tan bien ha sabido explotar.
Las diferencias son también notables en esa pantalla con frecuencia de refresco de 90 Hz y con el salto a los 6 GB de RAM para ambos modelos.
Ganamos también en algo clave como las cámaras: Google abandona el sensor único y incluye un sensor telefoto que sin duda dará mucho juego y más versatilidad en el ámbito fotográfico.
La tendencia de pantallas sin marcos no se ha apoderado de los nuevos Pixel: Google mantiene cierta barbilla en el marco inferior, pero es el marco superior el que destaca por un grosor que sin ser exagerado es desde luego sensible y contrasta con los móviles de otros fabricantes de los últimos tiempos.
Esos marcos están ahí para algo, y en particular el superior es el que esconde un buen arsenal de sensores: el infrarrojos para reconocimiento facial, la cámara frontal, el sensor de luminosidad ambiente y proximidad, el altavoz, el chip Soli, y el triplete de foco, proyector de puntos y cámara adicional para ese reconocimiento facial avanzado.
El aprovechamiento del frontal es aún así notable para estos terminales: el 81% del frontal del Pixel 4 es pantalla, y en el Pixel 4 XL ese porcentaje sube ligeramente al 82%.
La parte trasera es la que desde luego marca la diferencia más notable con sus antecesores, y hace uso de un módulo cuadrado en el que se integran los sensores de las dos cámaras con las que cuentan ambos terminales.
Ese módulo se sitúa en la parte superior izquierda de esa trasera en los Pixel 4 y Pixel 4 XL, y hace uso de una pequeña protrusión: sobresale ligeramente de la carcasa posterior, que solo cuenta con un detalle diferencial más: la presencia de una pequeña “G” en la parte inferior para mostrar a las claras que estamos ante un móvil de la familia Pixel de Google.
Desaparecen de ese diseño varias cosas. Entre ellas destaca el adiós al notch, aunque aquí esa ausencia está compensada por el citado marco superior.
Tampoco tenemos ya las dos texturas mate y brillo que habíamos visto hasta ahora en sus predecesores, y el sensor de huella dactilar de la parte trasera desaparece también.
De hecho Google abandona ese sistema biométrico y en su lugar apuesta por su propia adaptación del Face ID de los iPhone, con un potente sistema de reconocimiento facial basado en el uso de diversos sensores junto a la cámara frontal.
En el lateral derecho del teléfono encontraremos tanto el botón de encendido con un color distinto al de la carcasa, que encontraremos en tres variantes: naranja, blanco o negro.
Si elegimos los Pixel 4/XL blanco o naranja ese botón será naranja, mientras que será blanco en el modelo negro.
En el lateral izquierdo está la ranura SIM, que no cuenta con soporte de Micro SD para aumentar la capacidad de almacenamiento de estos dispositivos, una pena.
Google ofrecerá además sus tradicionales carcasas oficiales, rígidas y en cuatro colores distintos (azul, rosa, violeta y negro) y con esa textura tan particular que ayudará a diferenciarlos además de protegerlos y esconder esa protrusión del módulo de cámaras.
Una de las opciones más llamativas de los Pixel 4 y Pixel 4 XL es la del soporte de frecuencias de refresco de 90 Hz, una opción que hemos visto en algunos terminales como los últimos de OnePlus y que parece que poco a poco se está convirtiendo en una importante (y fantástica) tendencia en el mercado.
En el caso de Google es importante señalar que la frecuencia de refresco puede llegar a 90 Hz, pero no siempre funcionará así: de hecho Google recalca el hecho de que se trata de una frecuencia dinámica.
¿Qué significa eso? Pues que dicha frecuencia de refresco de pantalla se adaptará a cada situación para poder ahorrar batería.
Es bien sabido que un uso constante de esa frecuencia de trabajo hace que la autonomía de la batería se vea recortada, así que esa filosofía dinámica podría ayudar a que el impacto no sea exagerado.
Google se había mantenido al margen de esa aparente guerra por los megapixeles y sobre todo por aumentar el número de sensores que integraba en sus dispositivos móviles.
Así, mientras que otros fabricantes comenzaban a incluir dos, tres, cuatro o hasta 5 cámaras traseras en sus móviles, Google lograba con una sola cámara lo que la mayoría de sus competidores no conseguían con varias.
Su prodigioso trabajo en el campo de la fotografía computacional hacía posible que la calidad fotográfica de los Pixel siempre haya sido sobresaliente.
Sin embargo en los Pixel 4 y Pixel 4 XL hay sorpresas porque por primera vez contamos con dos sensores en la parte trasera.
Google conserva el sensor de 12,2 Mpixeles de su anterior modelo, pero le suma un tele objetivo de 16 Mpixeles con el que es posible contar con un zoom óptico de 1,8x.
La apuesta de Google no es desde luego tan llamativa sobre el papel como la de otros fabricantes.
Ese zoom no es tan espectacular como el 5x óptico que manejan algunos fabricantes, pero es que además no contamos con ese tercer sensor súper gran angular que está siendo una tendencia muy llamativa y apreciada por quienes buscan máxima versatilidad en la experiencia fotográfica en sus móviles.
Aún así es de esperar que el comportamiento de esas dos cámaras vuelva a ponerle las cosas muy difíciles a sus rivales, sobre todo por ese dominio de la fotografía computacional que en estos modelos se ve ayudada por un nuevo chip, el Pixel Neural Core, destinado a liberar a la CPU de trabajar en el ámbito de tareas relacionadas con la inteligencia artificial, como ocurre con sus algoritmos de post-procesado automático de imágenes.
En Google además plantean una novedad curiosa aunque algo menor: si el año pasado nos sorprendían con un modo noche espectacular, en esta ocasión han querido apostar por el segmento de la astrofotografía con el soporte especial de ese tipo de fotos.
Esa opción es curiosa, pero en realidad lo realmente destacable podría venir por otro lado.
El nuevo modo de doble exposición permite controlar o modificar los valores de luminosidad de las luces y las sombras por separado en tiempo real antes de sacar la foto en sí.
Esa opción promete muchas alegrías para quienes gustan de afinar al máximo en este ámbito y que sin duda podría representar una ayuda notable en tomas difíciles.
El software de Google ahora permitirá además que aplicaciones de terceros como Instagram o Snapchat puedan sacar todo el partido de la cámara desde la propia aplicación: compartir fotos desde la aplicación de cámara es ahora más fácil, pero también exprimirla desde las aplicaciones nativas que muchos usan para sacar fotos sin acudir a la aplicación propia de cámara de Google.
Uno de los videos promocionales que compartió Google mostraba esa nueva apuesta por el reconocimiento facial que Google ha planteado en los Pixel 4 y Pixel 4 XL.
En estos modelos nos olvidamos totalmente del lector de huella dactilar, porque todo se hará a través del potente conjunto de sensores del frontal, que recuerdan al periférico Kinect de las Xbox y que de hecho no solo aportan ese reconocimiento facial avanzado, nuestra “cara” no se envía a la nube, se queda en el dispositivo, sino también un sensor de gestos y movimiento.
Es en esa parte donde entra en juego Motion Sense (internamente conocido como Soli), una tecnología en la que Google lleva 5 años trabajando y que crea una especie de “burbuja virtual” alrededor del teléfono y detecta lo que pasa.
Por un lado eso permite un reconocimiento facial instantáneo que desbloquea la pantalla automáticamente sin tener que deslizarla con el dedo.
Por el otro, interactuar con el móvil a través de gestos para por ejemplo pasar canciones o silenciarlo.
Esta tecnología está pensada especialmente para ámbitos en el que usamos el móvil en modo manos libres, como por ejemplo en el carro o cuando cocinamos.
La función está activa incluso con el teléfono bloqueado y es capaz hasta de detectar el movimiento de los dedos, algo que plantea un avance frente al soporte de gestos que por ejemplo vimos anteriormente en los LG G8 ThinQ. Huawei, por cierto, parece estar trabajando en una tecnología similar.
A este tipo de control con gestos y al reconocimiento facial avanzado se le vuelven a unir una opción singular de los anteriores modelos: el Active Edge, que permite controlar ciertas funciones del móvil, como por ejemplo activar el asistente de voz, apretando esos bordes un poco al cogerlo.
La apuesta software de Google es la esperada: los Pixel 4 y Pixel 4 XL estarán gobernados por Android 10, la última versión de su plataforma móvil que lleva meses puliéndose con diversas betas y que ahora llegará por fin en su versión final a estos móviles.
A las muchas novedades que trae el nuevo Android 10 se les suma una que tiene relevancia propia: se trata del nuevo asistente de Google, del que ya vimos durante el evento Google I/O de mayo cómo se había convertido en un componente realmente prometedor en distintos escenarios.
La latencia es casi inexistente ahora para un asistente que responde instantáneamente y de forma mucho más natural a nuestras preguntas: todo se procesa en local en el propio teléfono y sin conexión a la nube, algo que acelera el uso de un asistente de voz que gana muchos enteros.
Opciones como la generación en tiempo real de subtítulos es otra de esas opciones llamativas para contenidos que por ejemplo estemos disfrutando en YouTube, algo que ya existía pero que ahora se realiza con aún mayor precisión.
Más interesante probablemente es la transcripción en tiempo real del audio en la nueva aplicación de grabadora, que en la demostración de Google funcionó a la perfección en inglés, y que llegará en otros idiomas como el español “pronto”.
No solo eso: la transcripción se realiza de forma local en el dispositivo, sin necesidad de conectarlo a los servidores de Google.
La pega es que el nuevo asistente de Google no estará disponible en todos los mercados: incialmente todas esas nuevas funciones estarán disponibles en inglés, pero para otros países tendrá que esperar al año que viene para poder disfrutarlas.
Los nuevos Pixel 4 y Pixel 4 XL de Google estarán disponibles el próximo 24 de octubre con los siguientes precios según cada variante:
Pixel 4 (64 GB): 759 euros
Pixel 4 (128 GB): 859 euros
Pixel 4 XL (64 GB): 899 euros
Pixel 4 XL (128 GB): 999 euros
Fuente: Xataca
Recientemente, Sanctuary AI presentó su mano robótica que ahora es capaz de manipular objetos. (more…)
Especialistas en robótica de la Universidad de Leeds y el University College de Londres han…
El lenguaje de señas es un medio de comunicación sofisticado y vital para las personas…
Según un nuevo estudio dirigido por el Imperial College, una tecnología de navegación que utiliza…
Gemini 2.0 Flash Thinking Experimental es una nueva versión de la IA de Google que…
Las computadoras cuánticas difieren fundamentalmente de las clásicas. En lugar de utilizar bits (0 y…