Científicos en China han modificado genéticamente una planta oscura para producir cocaína en sus hojas.
Los investigadores han estado tratando de determinar cómo la planta de coca, la flora de la que se deriva la droga cocaína, produce el compuesto.
Es un asunto bioquímico complejo, y aunque los investigadores más recientemente han podido trazar la mayor parte del proceso de las plantas, un elemento clave ha seguido evadiéndolos: cómo, exactamente, un precursor químico denominado MPOA se convierte en una sección de la molécula de cocaína.
Ese eslabón perdido es exactamente lo que los científicos, provenientes del Instituto de Botánica de Kunming en China, pudieron revelar.
Como se detalla en un nuevo artículo los investigadores pudieron identificar dos enzimas previamente desconocidas, llamadas EnCYP81AN15 y EnMT4, en la línea de producción de cocaína.
Luego, los científicos modificaron genéticamente una Nicotiana benthamiana, un pariente cercano de la planta del tabaco, para hacer crecer las enzimas.
Y voilá: la planta de tabaco produjo 400 nanogramos de cocaína por miligramo de hoja seca o aproximadamente una 25 parte del rendimiento de una planta de coca promedio.
Esta innovación no se desarrolló para el consumo recreativo.
La cocaína tiene algunos usos médicos duraderos.
Idealmente, este desarrollo no solo arroja luz sobre un misterio bioquímico, sino que contribuye a garantizar que la sustancia, un anestésico que en 2020 fue aprobado por la FDA para uso controlado en un aerosol nasal, esté disponible para fines farmacéuticos.
“En la actualidad“, dijo Sheng-Xiong Huang, líder del estudio, “la producción disponible de cocaína en el tabaco no es suficiente para satisfacer la demanda a gran escala“.
“[Este avance] puede permitir que las compañías farmacéuticas lo fermenten, esencialmente, y así deshacerse por completo de la producción a base de plantas”, dijo Benjamin Lichman, investigador de la Universidad de York que no participó en la investigación.
Curiosamente, Lichman también admitió la posibilidad de que la modificación de plantas para producir sustancias prohibidas pudiera convertirse en un factor en el tráfico de drogas.
“Eso tendrá enormes impactos en la cadena de suministro y potencialmente impactos, incluso, en la producción ilícita”.
Por ahora, sin embargo, es poco probable que las operaciones de cártel aprovechen la tecnología, al menos no por algún tiempo.
Este nuevo proceso de pirateo de genes no es exactamente barato y no es escalable.
De todos modos, es un trabajo interesante, y podría sentar las bases para un emocionante estudio bioquímico y farmacéutico a seguir.
Fuente: Futurism