Investigadores de Stanford Medicine han hecho un descubrimiento prometedor que podría conducir a nuevos tratamientos contra el cáncer en el futuro.
Los científicos realizaron pruebas en las que alteraron los genomas de microbios y bacterias de la piel para combatir el cáncer.
Estos microbios alterados se frotaron en ratones afectados por cáncer y, he aquí, los tumores comenzaron a disiparse.
La bacteria en cuestión, Staphylococcus epidermidis, fue extraída del pelaje de ratones y alterada para producir una proteína que estimula el sistema inmunológico con respecto a tumores específicos.
El experimento pareció ser un éxito rotundo, ya que la bacteria modificada mató los tipos agresivos de cáncer de piel metastásico después de aplicarla suavemente sobre el pelaje.
Los resultados también se lograron sin ninguna inflamación notable.
“Parecía casi magia”, dijo Michael Fischbach, PhD, profesor asociado de bioingeniería en Stanford.
“Estos ratones tenían tumores muy agresivos que crecían en su flanco, y les dimos un tratamiento suave en el que simplemente tomamos un hisopo de bacterias y lo frotamos en la piel de sus cabezas”.
Esta es otra incursión en el mundo incomprendido de los microbiomas y todas las bacterias que residen allí.
Los biomas intestinales reciben toda la atención de la prensa en estos días, pero la piel también alberga millones y millones de bacterias, hongos y virus, y el propósito de estas entidades a menudo se desconoce.
En este caso, los científicos descubrieron que las células del estafilococo epidermidis desencadenan la producción de células inmunitarias llamadas células T CD8.
Básicamente, los investigadores secuestraron la S. epidermidis para producir células T CD8 que se dirigen a antígenos específicos.
En este caso, los antígenos estaban relacionados con tumores de cáncer de piel.
Cuando las células encontraron un tumor coincidente, comenzaron a reproducirse rápidamente y encoger la masa, o extinguirla por completo.
“Ver desaparecer esos tumores, especialmente en un sitio distante de donde aplicamos la bacteria, fue impactante”, dijo Fischbach.
“Nos tomó un tiempo creer que estaba sucediendo”.
Al igual que con todos los tratamientos contra el cáncer en expansión, existen algunas advertencias importantes.
Los humanos y los ratones son biológicamente similares en muchos aspectos, pero muchos tratamientos que funcionan en ratones son un fracaso con las personas.
Los investigadores de Stanford no tienen idea de si S. epidermidis desencadena una respuesta inmune en los humanos, aunque nuestra piel está llena de cosas, por lo que es posible que necesiten encontrar un microbio diferente para alterar.
Asimismo, este tratamiento está diseñado para tratar tumores de cáncer de piel y se aplica tópicamente.
Queda por ver si los beneficios se trasladan a los cánceres internos.
Dicho esto, el equipo de Stanford dice que esperan que los ensayos en humanos comiencen en los próximos años, aunque se necesitan más pruebas tanto en ratones como en otros animales antes de seguir adelante con las personas.
Los científicos esperan que este tratamiento pueda eventualmente apuntar a todo tipo de enfermedades infecciosas, además de las células cancerosas.
Fuente: Stanford