Investigadores del Instituto de Microelectrónica en Singapur han logrado desarrollar sondas neurales tan pequeñas, implantes que se mantendrán dentro de su cerebro a largo plazo, sin causar ningún daño al delicado tejido circundante.
De hecho, se dice que la matriz de sondas es tan pequeña, que es capaz de flotar dentro del cerebro de una persona.
La idea de este conjunto de sondas es ayudar a los amputados y personas que tienen lesiones en la médula espinal, a controlar las extremidades artificiales.
La matriz neural crea un “puente” entre el cerebro y las extremidades artificiales.
Por supuesto, este no es un implante neural libre de riesgo, ya que hay riesgos involucrados en su “instalación”.
La forma más común de inserción de sondas en los cerebros de las personas es mediante la perforación de agujeros en el cráneo para servir como vía para electrodos.
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Para resolver este problema, se hizo la sonda lo más fina posible, con el empleo de técnicas de micromontaje para limitar la altura de la matriz a menos de 750 micrómetros, o alrededor del 75 por ciento de un solo milímetro.
Ensayos de biocompatibilidad llevados a cabo con las sondas neuronales han demostrado que no causa la ruptura de membranas celulares ni suprime el crecimiento celular.
Se implantaría en el espacio subaracnoideo del cerebro, permitiéndole permanecer entre las membranas protectoras del cerebro.
Se requieren ajustes de diseño para que las sondas sean totalmente implantables.
Fuente: Ubergizmo
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