Aunque la impresión 3D se ha hecho muy popular, muchos de los materiales plásticos que utilizan estas impresoras para crear objetos no pueden reciclarse fácilmente.
Aunque están surgiendo nuevos materiales sostenibles para su uso en impresión 3D, siguen siendo difíciles de adoptar porque es necesario ajustar la configuración de las impresoras 3D para cada material, un proceso que debe hacer el usuario y que es complejo y largo.
Para imprimir desde cero con una nueva “tinta“, normalmente hay que configurar hasta 100 parámetros en el software que controla cómo la impresora extruirá el material a medida que fabrica un objeto.
Los materiales de uso común, como los polímeros fabricados en serie, tienen conjuntos de parámetros predeterminados que se prepararon tiempo atrás mediante tediosos procesos de ensayo y error.
Pero las propiedades de los materiales renovables y reciclables pueden fluctuar mucho en función de su composición, por lo que es casi imposible crear conjuntos de parámetros fijos.
En este caso, son los usuarios quienes deben ajustar todos estos parámetros.
Científicos han solucionado este problema mediante la creación de una impresora 3D que puede identificar automáticamente por sí sola los parámetros idóneos para emplear como tinta 3D a un material acerca del cual no tiene nada de información previa.
El logro es obra de un equipo internacional encabezado por Jake Robert Read, del Centro de Bits y Átomos (CBA) que depende del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Estados Unidos.
En el trabajo también han participado el Instituto Nacional estadounidense de Estándares y Tecnología (NIST) y el Centro Nacional de Investigación Científica en Grecia.
La primera versión de esta impresora autoconfigurable ha demostrado ser capaz de ajustar por su cuenta muchos de los parámetros de impresión ante una “tinta” desconocida, siendo todavía necesario que los demás parámetros sean ajustados por un experto humano.
Las mejoras que se prevé introducir en el diseño de esta impresora 3D autoconfigurable aumentarán progresivamente la cantidad de parámetros que la máquina puede ajustar por su cuenta, hasta llegar probablemente a la meta final, donde la intervención humana sea del todo prescindible.
Esta línea de investigación y desarrollo traerá sin duda amplios beneficios medioambientales al reducir el impacto medioambiental de la fabricación aditiva, que suele basarse en polímeros y resinas no reciclables y derivados de combustibles fósiles.
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